El Reporte de Emociones Globales que realiza Gallup arrojó, para el año pasado, algunos resultados que vale la pena destacar. El primero es que, en líneas generales, los habitantes del mundo nos sentimos un poco más infelices que años anteriores: el índice de experiencias negativas empató con el de 2017, y ambos son los más altos desde que empezaron a realizarse las encuestas, desde 2006.

Es razonable preguntarse cómo se mide algo tan intangible y difícil de definir como la felicidad, que en definitiva no es otra cosa que un sentimiento. El protocolo consiste en formularles una serie de preguntas a más de 150 mil habitantes de 140 países, seleccionados aleatoriamente, cuyas respuestas no podrían obtenerse a partir de índices más objetivos como la expectativa de vida o el producto bruto interno.

"¿Te sentiste bien descansado ayer?", "¿Te reíste?", "¿Aprendiste o hiciste algo interesante?", "¿Te sentiste estresado?", "¿Te sentiste maltratado?" : a través de ese tipo de interrogantes, es posible inferir qué tan felices o infelices se sienten quienes participan de la encuesta. 

En 2018, el Índice de Experiencia Negativa empató con el del año anterior en 30 puntos, el número más alto desde que empezó a realizarse el reporte. El de experiencia positiva, en tanto, permanece relativamente constante, en torno a los 70 puntos. 

El top ten de los países más felices está encabezado por Paraguay y Panamá, con 85 puntos, y lo integran, también, Guatemala (84), México (84), El Salvador (83), Indonesia (83), Honduras (83), Ecuador (82), Costa Rica (81) y Colombia (81). 

"Los latinoamericanos no siempre califican su vida como la mejor (como sí ocurre en los países nórdicos) pero ríen, sonríen y disfrutan como nadie en el mundo", dice en la introducción del informe Jon Clifton, miembro de Gallup.

En el fondo de la tabla, en tanto, se mantiene desde el año pasado Afganistán (43), seguido por Belarus (48), Yemen (50), Turquía (50), Lituania (51), Nepal (53), Chipre (53), Bangladesh (56), Chad (56) y Egipto (56).