El hecho sucedió a bordo de un colectivo de la línea 306en la localidad bonaerense de Ezeiza.
Las imágenes son dramáticas y por demás elocuentes: un pasajero quiso subir al colectivo y justo en ese momento, el colectivero decidió cerrar las puertas y arrancar. El pasajero quedó literalmente colgado de la parte exterior del transporte, mientras quienes viajaban a bordo increpaban al chofer y le pedían -a los gritos- que se detenga y lo deje subir ya que -de ese modo- estaba la vida en peligro.
El chofer, lejos de escuchar los pedidos, tomó una actitud rayana con lo criminal y siguió conduciendo como si nada hubiese sucedido.