Tres amigos manejaban sus motos en la Autopista Angeles Crest de California cuando uno de ellos siguió de largo en una curva y cayó a un precipicio. El que estaba detrás capturó el momento y al parar la marcha bajó a rescatarlo.
Desesperado, frenó su motocicleta a un costado del camino y fue a buscar a su compañero. Como no lo encontraba empezó a gritar. Al escuchar que una voz le respondía desde abajo, se esperanzó. Con mucho esfuerzo, empezó a descender por la pendiente, que estaba cubierta de ramas, arbustos y árboles, y que era verdaderamente empinada.