El mar devuelve todo, tarde o temprano. Para la estudiante universitaria japonesa Serina Tsubakihara la frase se volvió realidad de la manera más insólita. Hace dos años, ella buceaba en la isla de Ishigaki, en Okinawa, a unos 250 km al este de Taiwán, cuando perdió su cámara de fotos, con todas las imágenes de su viaje en ella.

"Fue justo cuando uno de mis amigos se quedaba sin aire y necesitaba mi ayuda”, contó a la BBC. Obviamente la dio por perdida, pero dos años después la cámara apareció en la costa de Taiwán, a cientos de kilómetros de donde Serina la había extraviado.

Fue un niño de 11 años el que encontró la cámara, cubierta de moluscos y conchas marinas, mientras participaba de una excursión con sus compañeros de clase para limpiar la playa.

"Pensamos que estaría rota pero entonces, de casualidad, tocamos un molusco de la carcasa y encontramos el botón para abrirla”, explicó el profesor Park Lee, quien estaba al frente de la excursión. “Y todavía más increíble, ¡el chico tocó el botón de encender y todavía estaba cargada!”.

Al volver a la escuela, se presentó el debate. ¿Qué tenían que hacer con la cámara? ¿Quedársela o intentar encontrar a su antiguo dueño? La mayoría de los chicos votó por la segunda opción.

Enseguida descargaron las fotos y crearon un post con un texto en chino y japonés, que fue compartida más de de 10 mil veces y que finalmente llegó a Tsubakihara.

"No podía creerlo. Estaba súper sorprendida cuando mis amigos me mandaron el post con esas fotos”, dijo Serina, que viajará en junio a Taiwán para agradecerles a los chicos que recuperaron su cámara. “Esas fotos me recuerdan a viejos momentos y me hicieron volver a ellos”.