"Es imposible caracterizar a una persona en un obituario, en especial a alguien cuya vida adulta se vio definida en gran parte por su adicción a las drogas. Para algunos, Maddie era sólo una adicta. Cuando veían su adicción dejaban de mirarla a ella. Y se lo perdían. Porque Maddie era divertida, cálida, temeraria y resiliente", escribió Kate O'Neill en el obituario de su hermana, Madelyn Linsenmeir.

Madelyn Ellen Linsenmeir murió el 7 de octubre a los 30 años después de luchar contra su adicción a los opiáceos desde que tenía 16. A esa edad probó por primera vez la oxicodona, un poderoso analgésico que la atrapó para siempre, según su hermana.

De a poco Madelyn dejó de lado el deporte (como la natación, el ski o el snowboard) y hasta la música aunque "tenía una voz para cantar que era tan bella que hacía que la gente la mirara en la calle", como aseguró O'Neill.

La mujer intentó varias veces luchar contra su adicción y rehabilitarse, sobre todo en 2014 a partir del nacimiento de su hijo, Ayden, cuya tenencia perdió un año después por sus problemas con las drogas.



 

La trágica historia de Madelyn movilizó a toda la familia y su hermana en especial recordó los "12 días maravillosos" que vivieron durante el verano en su hogar de Vermont, Estados Unidos, cuando la joven madre logró poner distancia de sus vicios y acercarse a su hijo. "Durante 12 días este verano estuvo en casa, y la mayor parte de ese tiempo estuvo sobria", escribió O'Neill, hasta que la enfermedad "se la llevó de nuevo" y Madelyn se fue de la casa otra vez.

O'Neill confirmó al sitio ABC News que su hermana murió en el hospital cuando estaba "bajo custodia policial", aunque en el obituario resaltó que lo importante es que estaba con su familia y segura.

"Si estás leyendo esto emitiendo un juicio, educate sobre esta enfermedad, porque es una enfermedad, no una elección o una debilidad", escribió con toda claridad O'Neill en el obituario.

"Si trabajas en una de las muchas instituciones por las que suelen pasar los adictos y los tratas con compasión, y el respeto que se merecen, gracias. Si, por el contrario, lo único que ves es un adicto que miente o roba en vez de un ser humano que necesita ayuda, considera tener una nueva profesión", sentenció.

La familia pidió que quienes lo desearan hicieran donaciones a la organización Turning Point Center de Burlington, en Vermont, donde Madenlyn se había sentido segura.

Fuente: Minuto Uno