Un hombre de 35 años perdió el control de su motocicleta y se cayó. El golpe no pareció ser de gravedad pero al pasar los días, resultó extraña la erección permanente y sin dolor que tuvo durante nueve días. Finalmente, dejó la vergüenza de lado y se atendió en una guardia médica.

Los profesionales que intervinieron determinaron que tenía una erección de grado IV, la mayor en la tabla de medición de la dureza de las erecciones. El diagnóstico: priapismo.

¿Qué pudo haber pasado?

Desde ConBienestar consultamos al doctor Carlos García (M.N. 60942), Jefe del servicio de Urología del Hospital Nacional Posadas: “El priapismo es una erección dolorosa y patológica que es una emergencia urológica. Hay de bajo flujo y alto flujo”. Si bien la mayoría de los casos son de bajo flujo, el de este hombre fue de alto flujo, lo que quiere decir que la sangre no dejaba de ir hacia sus genitales. “Al haber tenido el accidente se le formó una fistula entre la arteria y la vena lo que hizo persistir la erección durante nueve días”, explicó el especialista y aclaró que es bastante común dentro de las emergencias urológicas.

Por lo general, la erección se produce cuando aumenta el flujo sanguíneo hacia los tejidos esponjosos del pene como respuesta a una estimulación física o psicológica. Terminada la estimulación, la sangre fluye hacia afuera y el pene retorna a su estado no rígido (flácido). "Si hay una erección que dura más de 4 horas se necesitan cuidados médicos de emergencia", dice García.

Volviendo al caso

El extraño accidente ocurrió en Reino Unido y fue descrito por los médicos del paciente en un artículo publicado en la revista médica Case Reports in Urology, a causa de su rareza.

Si no circula la sangre se pueden formar coágulos y el tejido eréctil puede quedar dañado o morir por falta de oxígeno en las células. “Es bastante complicado lo posterior porque muchas veces quedan con una disfunción sexual eréctil que hace que se tengan que colocar una prótesis peneana”, resume el especialista.

Al haber tenido el accidente se le formó una fistula entre la arteria y la vena lo que hizo persistir la erección durante nueve días

Para drenar toda la sangre y bajar la erección, en este caso los médicos tuvieron que usar un catéter y crear sus propios coágulos de sangre cerca de cada fístula, de manera que dejara de proporcionar sangre al pene. Por fortuna, el hombre no sufrió dolores y se recuperó al poco tiempo de ser asistido.