Patty Bolle, una mujer de 68 años de Haslett, Michigan, Estados Unidos, estaba cortándose el pelo el año pasado en la peluquería cuando la estilista, Nikki McClure, notó algo raro. La mujer había tenido cáncer de mama hace 13 años y esa etapa parecía superada. "Pasé por la quimioterapia, radiación y cirugía para eliminar todo. Me tomó nueve meses", recordó. Pero una mala noticia estaba por llegar.

“Nikki levantaba mi cabello cuando dijo ‘Oh por Dios, ¡tenés un espacio pelado ahí! Le pregunté si era verdad, así que agarró el espejo y me lo mostró. No tenía idea de que estaba ahí”, declaró ahora la mujer.

“Era apenas más grande que una moneda y parecía haber sido quemado. Era rojizo y tenía unas manchitas, así que le pregunté si se había quemado. Me dijo que no, así que lo toqué un poco, para saber si tenía sensibilidad, pero tampoco”, recordó la estilista.

El drama se apoderó otra vez de la mujer. Los médicos que la atendieron le realizaron una biopsia del cuero cabelludo y descubrieron que la enfermedad había vuelto con todo. 

Esta vez Bolle padecía de un cáncer de mama con metástasis en etapa 4. Bolle ahora lucha otra vez contra la enfermedad tomando un medicamento oral que ataca las células cancerosas. 

“No soy libre porque este tipo de cáncer es despiadado y, en algún momento, tendré que volver al hospital, pero con los avances de la medicina podría tomar años”, consideró la mujer.

La peluquera destacó la importancia de controlar todo el cuerpo en busca de irregularidades, que podrían ser una señal de problemas de salud. “Una estilista es la persona que mira tu cuero cabelludo con más frecuencia que tu médico. Todos te piden que mires tus lunares y pecas pero nadie te indica que observes la cabeza", concluyó.

Fuente: Clarín