Una mujer ganó miles de dólares en un casino de Estados Unidos, pero por un error del personal se fue del lugar sin recibir un solo centavo del premio.

Lo anterior ocurrió la noche del viernes en las instalaciones del hotel MGM National Harbor, un resort-casino situado en el condado de Maryland, en el suburbio de Oxon Hill.

Cynthia Obie estaba jugando con un amigo la noche del viernes 4 de enero. Ambos estaban apostando dinero en una máquina tragamonedas, cuando de pronto observaron que todos los símbolos se habían alineado. Cuando esto sucede, significa que se ha conseguido el máximo premio.

"Estaba muy emocionada. Sobre todo porque en verdad necesitaba ese dinero", dijo la mujer al canal de noticias FOX.

En toda su trayectoria como jugadora, Cynthia por primera vez había ganado un premio importante, que además había llegado justo después de las vacaciones.

Aunque no quiso revelar la cifra exacta, la mujer contó que tras ganar el juego fue a cobrar su premio de inmediato.

Sin embargo, tal y como lo dictan las regulaciones del lugar, antes de entregarle el dinero en efectivo el personal de MGM le pidió su identificación y sus datos personales.

Fue entonces cuando ocurrió la tragedia, pues por un solo dígito uno de los empleados anotó mal su número del seguro social.

Esa equivocación salió muy cara, ya que la persona que apareció por error en la base de datos le debía al estado de Maryland una gran cantidad de dinero por una manutención infantil. Y en consecuencia, el dinero de Obie fue confiscado de inmediato.

Cuando se dieron cuenta de la equivocación, ya era demasiado tarde. MGM le explicó a la mujer que el problema estaba afuera de su alcance y que ahora era una cuestión que le correspondía a la ley del estado de Maryland.

Así que en lugar de llevarse sus ganancias, Obie se fue esa noche con una carta que decía lo que tenía hacer para resolver el problema directamente con la agencia de Servicios Humanos de Maryland.

Aunque el casino la intentó persuadir con USD 200 en créditos para juegos y un par de cupones que podía canjear por un par de bebidas, la mujer no desistió y continuó exigiendo sus ganancias.