Jennifer Pamplona es una modelo brasilera que gastó más de 600.000 dólares en operaciones para parecerse a Kim Kardashian. Tiene 28 años, se sometió a tantas cirugías que reconoció que lo que hizo no estuvo bien. Pero quiere convertirse en la reina de los realities.

Entre las operaciones que se realizó la modelo le  extrajeron cuatro costillas y se sometió a 10 procedimientos para aumentar el tamaño de su cola, tres trabajos de senos y dos de nariz. La idea de cambiar su apariencia surgió cuando iba al colegio.

En una entrevista al medio británico “The Sun” contó: “La gente siempre me molestaba en la escuela porque no tenía curvas y tenía una constitución pequeña y menuda”. En la escuela sufrió muchísimo bullying por su aspecto físico. A los 17 le pidió permiso a su abuela para que le hicieran a su primera cirugía estética. Quería las curvas de Kim Kardashian y que dejen de criticarla. Desde esa primera operación, nunca más se detuvo.

La cintura de Pamplona mide 22 pulgadas y sus caderas 43. “Lamento haberme sometido a mi primera cirugía, no tenía la madurez suficiente para comprender las implicaciones de pasar por el quirófano”, sostuvo. Aunque reconoció que de adolescente lo hizo con el objetivo de ser como Kim, de adulta llegó a la conclusión de que las chicas como ella piensan lo mismo y al fin y al cabo eso las hace ver a todas iguales.

Se realizó 10 cirugías de rellenos de glúteos, dos rinoplastias, tres aumentos de senos, extracción de cuatro costillas, dos liposucciones, 40 procedimientos de labios, rellenos de mejillas, rellenos de mentón, estiramientos faciales, inyección de grasa en su muslo, 500 dosis de botox y una operación de hilos tensores en la cara.

Sus operaciones ya le supusieron peligros de vida. Dijo que su cola “es una bomba de tiempo” por el número de rellenos y grasa que le inyectaron a lo largo de estos años. Este 2021 tuvo miedo de no poder caminar nunca más porque se le infectó una pierna a coste de estas intervenciones.

Estuvo 20 días en cama por las toxinas que estaban dentro suyo. “Todavía tengo miedo de no poder caminar en el futuro y todo se debe a que un médico me puso un relleno permanente en la pierna, lo que detiene la circulación sanguínea”, reveló.  Este último tiempo Jennifer disminuyó sus visitas al quirófano, aunque se sigue rellenando los labios y recurre al botox.

A finales de este año, estrenará un documental titulado Addicted en donde hablará sobre sus encuentros recurrentes con el bisturí.