Cualquier persona ante la tesitura de ver como un hombre te apunta con una pistola entraría en pánico. Pero este camarero de Kansas (Estados Unidos) ha demostrado a todos que la clave ante estas situaciones es mantener la compostura.

El joven atendió a un hombre que permaneció durante unos segundos con las manos en los bolsillos, cuando finaliza su pedido, saca una pistola y apunta al camarero a escasos centímetros de la cara.

El camarero, sin inmutarse, saca los dólares de la caja fuerte y le entrega el botín al ladrón que iba con la cara descubierta.