Pese al avance tecnológico, la globalización y lo interconectado que está el mundo de hoy, lo cierto es que todavía existen poblaciones que viven como en tiempos remotos y una creadora de contenidos colombiana se ha vuelto viral por mostrar la reacción de un abuelito de una tribu caníbal quien por primera vez supo cómo era su rostro.

Alejandra Ramírez (alejandra.travels) compartió en Instagram que conoció a Silac, un abuelo de la tribu de los korowai que habita en lejana isla de Nueva Guinea, donde la creadora de contenidos nos cuenta que el hombre vio su rostro en la pantalla: “¿será la primera vez? No lo sé, pero sí se ve muy sorprendido”, dice la influencer.

Y nos cuenta cómo surgió el momento: “me estaba grabando y él llegó por atrás a ver por qué hablaba al celular y así quedó guardado este momento. Para mí fue mágico, cómo él llegó, cómo se vio con amor, cómo se reconoció y luego siguió su vida normal, como si nada hubiera pasado. Un momento y ya”.


Responde a los críticos

Y es que, pese a que los korowai son visitados por no pocos turistas, estos se han negado a adoptar costumbres “civilizadas” para mantener su identidad, al punto que no saben cuál es la edad de cada uno de sus miembros.

Pero, previendo potenciales críticas, la colombiana hace la aclaración: “yo no le robé su identidad ni cambié su vida, ellos siguen intactos. El problema es El Oro, la guerra interna desde 1961, que el gobierno de Indonesia los sacara de sus tierras. Y yo estoy dando voz a esos problemas más grandes, a realidades mucho más duras. No perdamos el foco por opiniones vacías sin contexto”.

Opiniones divididas

De inmediato, miles de personas dieron su punto de vista, muchos de estos a favor, otros un tanto disonantes.

“Son personas que no tienen ninguna vacuna en su vida, le pueden estar llevando enfermedades que ni conocen”, “supongo que no necesita verse en el plano físico para conocerse así mismo”, “el síndrome del salvador está fuerte en los comentarios. Gente defendiendo culturas a las que no pertenecen, de las cuáles no conocen sus prácticas ni convicciones”.