La mañana del miércoles 13 de diciembre, los habitantes de San Petersburgo amanecieron con su costa cubierta de esferas blancas.

La gente no tardó en sacar sus propias conclusiones sobre el fenómeno y plantearon varias hipótesis. Unos decían que eran piedras marinas, otros que eras bolas de hielo y hasta hubo gente que pensó  que eran huevos de tortugas marinas.

Para tranquilizar a las personas, expertos ofrecieron sus versiones. Uno de ellos, ecólogo, aseguró que la presencia de aceite industrial en la zona, habría ocasionado los cristales de hielo se concentraran sobre la superficie del mar.

Sin embargo, otra versión apuntó a un proceso de congelamiento de agudas saladas que combinadas con el viento y los descensos de temperatura del aire generan bloques de hielo.

Por su parte, el estadounidense Shea Gunther dijo que pequeños trozos de hielo crecen al ser salpicados por las olas mientras la temperatura del aire es inferior a la del agua.

Por lo tanto, y para tranquilidad de los habitantes, el curioso enigma fue resulto obteniendo como resultado: eran bolas de hielo.

Fuente: Revista Rumbos