En una clínica de la ciudad rusa de Blagovéshchensk, hubo un incendio producido por un cortocircuito. Sin embargo, esto no fue un impedimento para un cirujano que decidió priorizar la salud de su paciente: le realizó un bypass en el corazón.

Tomó esta decisión porque la operación ya había comenzado y debía ser concluida. Mientras tanto, los bomberos trataron de apagar el fuego.

Al mismo tiempo que la cirugía coronaria tenía lugar, el resto de las personas presentes abandonaron la clínica. Entre ellas, había 67 pacientes. A su vez, los oficiales cortaron la electricidad en todo el centro, pero la operación se realizó con equipos especiales para que haya luz en el quirófano.

Por su parte, Víktor Nikitin, el anestesiólogo que formó parte de la intervención, contó qué hicieron para que el humo no entrara en la sala: “Nos hermetizamos. Cerramos las puertas, pusimos sábanas mojadas en la parte inferior y así la atmósfera se mantuvo relativamente estable“.

Por suerte, la cirugía se realizó con éxito. Una vez que terminó, el paciente fue desalojado, y ahora se recupera en una unidad de cuidados intensivos posoperatorios de otro hospital regional. Según los médicos, está estable.

“No se podía hacer otra cosa, había que salvar a ese hombre“, explicó el cirujano Valentín Filátov. “Lo hicimos todo al más alto nivel (…). La operación estaba en marcha, no se podía dejar sin finalizar”. Asimismo, ante la pregunta de si le temblaron las manos en el momento, dijo que “no; sangre fría y valor“.