Jamie Murphy Bracken, un pequeño irlandés de 3 años de edad, estaba en un salón de videojuegos cuando se escapó de la vista de sus padres e intentó obtener uno de esos gigantes peluches que están dentro de las máquinas grúa (también conocidas como crane) como a casi todos los niños. Aunque en lugar de jugar unas fichas optó por meterse adentro.

El hermano del niño, Shane de 5 años, y su padre trataron en vano de liberar a Jamie antes de que un bombero fuera de servicio lograra quitarlo del lugar inhóspito. La escena, tan dramática como insólita, fue filmada y al ser difundida en las redes sociales no tardó en viralizarse.

Fuente: Minuto Uno