La leyenda de La Llorona volvió a tener lugar en las redes sociales luego de que un hombre de Barranquilla (Colombia) aseguró que pudo grabarla en una finca de la región.

“En las últimas horas se ha viralizado un vídeo en redes sociales, donde presuntamente una persona en una finca en un corregimiento del Atlántico, logró captar con su celular a una de las apariciones más escalofriantes y antiguas del mundo de la oscuridad. Se trataría de La Llorona, pese a la oscuridad de la noche en el registro fílmico se logra escuchar con amplia nitidez su aterrador lamento e inclusive ver su imagen”, indicaron desde la cuenta de Instagram @accidentesbaq2.

Junto con la imagen, el perfil mostró un breve video donde se escucha aullar a los perros luego de los gritos desgarradores de la mujer. Si bien muchos bromearon al respecto y aseguraron que es una “arrepentida” de haber votado a Gustavo Petro, actual presidente colombiano, otros se mostraron asombrados por la situación, detalla Radio Mitre.


“Quien lo vio me diga si es verdad o no. Yo lo reproduzco mañana cuando esté de día y tenga personas al lado”. “Con todo caro ya no se puede ir ni a un motel… dejen que a esa cristiana le saquen los espíritus chocarreros en paz”. “Sí existe, porque yo hace tiempo si la escuché. Es un lamento muy feo da escalofríos y a la vez es tensionante pero aquí lo que creo que es montaje ya que los perros reaccionan mucho despues”, fueron tan solo algunos de los comentarios que aparecieron con el video.

La historia de La Llorona

La leyenda de la Llorona tendría su origen en México a mediados del siglo XVI. En textos hallados en la ciudad se leyó que durante las noches de luna llena, los vecinos se despertaban sobresaltados al escuchar los fuertes lamentos de una mujer, la cual gritaba: ¡Ay mis hijos!

La figura iba vestida de blanco y un velo cubría su rostro, mientras recorría las calles de la ciudad dirigiéndose hasta las orillas de un río, donde se desvanecía. Dicen que la mujer, tras el abandono de su marido, decidió ahogar a sus hijos en el rio. Desde entonces, lamenta lo sucedido, arrepentida y vaga por las calles de la ciudad.