En Reino Unido, un joven de 21 años sorprendió a la comunidad con una idea revolucionaria que factura 1 millón de dólares por mes. Se trata de “Earth & Wheat”, una empresa que recupera y vende los alimentos “deformes” que iban a ser desechados por no cumplir con las formas o tamaños estipulados. Hoy en día, su negocio no para de sumar nuevos clientes.

James Eid estudia Administración de Empresas en la Universidad de Lancaster. Sin embargo, al ser hijo de panaderos, toda su vida estuvo rodeado de los procesos de producción del pan, las facturas y otros alimentos. Fue ahí donde se dio cuenta de la enorme cantidad de comida que terminaba en la basura solo por su aspecto.

“Ninguna buena comida debería desperdiciarse”, aseguró el joven emprendedor. Su inquietud ambiental y social con respecto al desperdicio de alimentos provocó que generará su propio negocio. Ya ningún pan iba a descartarse por ser muy chico, muy torcido o estar roto, sino que tendría otra oportunidad en el mercado.

Esta idea, que comenzó solo con lo sobrante de la panadería familiar, ya le permitió un ingreso de más de 1 millón de dólares por mes. Además, incorporó nuevos productos a su canasta y cada vez son más los clientes que se inscriben para comprar a un menor precio de lo estipulado.

El negocio de vender alimentos “deformes”

En 2020, James arrancó a intervenir en la producción familiar. Rescató aquellos panes que iban a ser descartados por su tamaño y los preparó para venderlos a un precio más económico. En su entonces, la entrega era al domicilio de los cientos de clientes.

Una vez asegurado este éxito, decidió expandir el negocio a “galletas rotas veganas”. Es decir, aquellas que la enorme maquinaria descarta por estar partidas o a la mitad, él las junta y las vende más baratas. Mientras que, en el último tiempo, incorporó la “caja de verduras torcidas”, con vegetales que van desde papas, zanahoria, brócoli, maíz, cebolla, tomates, entre otros.

“Su sabor es igual que la comida normal, solo que no tiene la forma perfecta y puede que no sea del tamaño exacto que estamos acostumbrados a ver en las tiendas, ¡pero sigue siendo fresco y delicioso!", destacó James y aseguró que su fin es “cambiar la percepción de las personas sobre los alimentos por el bien del planeta”.

Hoy, su fábrica trabaja las 24 horas de los siete días de la semana, ya que cada vez se incorporan más panaderías a la red de distribución. Su objetivo es instalar el software de Earth y Wheat para que cada cliente pueda acercarse o recibir el producto de la panadería más próxima a su domicilio.