Sobre gustos no hay nada escrito. Y sobre maneras -y motivaciones- para encontrar pareja tampoco. El multimillonario británico Sir Benjamin Slade es un claro ejemplo de este último punto. A sus 72 años, está decidido a conseguir a su "mujer ideal" para poder tener un heredero. Sin poder lograrlo por sus propios medios, se presentó en la televisión británica para viralizar su búsqueda.

Invitado al programa Good Morning Britain, el descendiente del rey Carlos II de Inglaterra explicó que hace tiempo está buscando a una compañera idónea. Y a pesar de que tuvo "muchas novias", como todas eran mayores de 50 años no podían tener un descendiente, un requisito clave para él. "Todo lo que quiero es romance y solo quiero usar mi tarjeta de crédito para que puedan comprar hasta que se caigan", prometió el hombre.

Dentro de su lista de condiciones, Slade explicó que la mujer interesada en convertirse en su pareja no puede medir más de 1,65; debe tener entre 30 y 40 años; ser fértil; tener licencia para usar armas; y si sabe pilotar helicópteros o montar a caballo, mucho mejor.

A su vez, la futura esposa del millonario debe "estar preparada" para vivir en un castillo". "Si pueden conseguirme una mujer que también sea directora ejecutiva, entonces mejor, obtienes dos por el precio de uno", bromeó. Como contra oferta, el aristócrata aclaró que la llevaría a "destinos exóticos" y que, además de darle una vida de lujos, también le ofrecería un sueldo de un millón de euros anuales.

Según el protagonista de esta historia, él no tiene problema en negociar algunas de estas condiciones, como el hecho de poder volar un helicóptero, pero no está dispuesto a ceder sobre un heredero, ya que para él es "hora de tener un futuro" porque nunca tuvo una familia y no podría adoptar a su edad.

La necesidad de tener un heredero

Pero el caso de Slade no es único. Una pareja británica, de 50 años, quedó en el ojo de la tormenta al extraer, congelar y almacenar el semen de su hijo muerto para tener un heredero a toda costa. El matrimonio multimillonario contrató a un urólogo para la extracción (por lo que rompió las leyes del Reino Unido) y enviaron la muestra a una clínica de fecundación in vitro en San Diego, Estados Unidos.

El centro es una referencia a nivel mundial en técnicas de reproducción asistida, así como reconocida por contar con uno de los médicos de mayor renombre, y también polémico, ya que acepta cualquier tipo de pedido: el doctor David Smotrich. El obstetra y ginecólogo presume de haber ayudado a muchas personalidades británicas del mundo de la política, la aristocracia e incluso algunos miembros de bajo perfil de la Familia Real a saltarse las leyes de fertilidad de Reino Unido. Entre ellas, la que prohíbe que los padres elijan el sexo de su bebé.

El caso de este matrimonio no fue la excepción. En 2015, con la colaboración de una donante estadounidense de óvulos y otra mujer que alquiló su vientre, tuvieron a su nieto. Gracias a las técnicas de selección de género, se aseguraron de que el bebé fuese varón, además de ser nombrados como sus tutores legales y estar presentes en el momento del nacimiento.

Smotrich aún recibe postales de la familia por Navidad y conserva parte del esperma del hijo fallecido y tres embriones congelados: "No estoy aquí para juzgar quién debe ser padre y quién no. Por lo que me han contado él quería tener hijos, y yo estoy contento de poder darle un final feliz a una trágica historia".