Una camilla para cadáveres casi provoca un accidente en Auckland (Nueva Zelanda) tras caerse de un coche fúnebre en plena calle.

 

Al doblar en una intersección, se abrió la puerta trasera del vehículo y salió volando la camilla, que luego transitó unos metros por el asfalto.

 

Testigos señalaron que portaba un cuerpo en el interior de la bolsa, pero desde la empresa funeraria Davis lo negaron.

 

La compañía explicó que la camilla estaba vacía y que se salió por un error del conductor al cerrar la puerta trasera del coche.