Mientras algunos la pasan muy bien, del otro lado de la pared un hombre de La Plata la pasa muy mal. Es que Jorge Ruiz vive pegado a un hotel alojamiento y, entre otros pesares, no logra dormir bien por los gemidos, los gritos de placer o los golpes que la cama de la habitación 22 da contra su medianera.

El calvario de este hombre comenzó en 2008 y ha sufrido varios inconvenientes por esta situación, desde no poder dormir bien hasta no invitar gente a su casa, pasando por los problemas de salud que ésta situación le trajo y que fueron avalados por la Justicia en la demanda que realizó y salió a su favor.

Pero por si con los ruidos no bastara, también denunció que su patio se transformó en un basural del hotel alojamiento, ya que le arrojan preservativos, vasos plásticos, envoltorios de jabones, vasos plásticos y fundas de almohadas, entre otros elementos.

Esta mala vida que lleva por residir pegado a una de las habitaciones más concurridas del albergue transitorio le costó su trabajo, ya que no podía llegar a horario por el pésimo descanso que tiene. Además sufre de altos niveles de estrés, acidez y problemas de alimentación.

Cansado de la situación, Jorge Ruiz demandó en 2014 al hotel alojamiento por ruidos molestos debido a que además de los que provienen de los actos sexuales, este hombre debe soportar los que salen de un lavarropas que el personal de limpieza utiliza para lavar la ropa de cama.

Tras cinco años, la Justicia comprobó que los ruidos provenientes del lugar superaban los decibeles permitidos y falló a su favor, teniendo que recibir $500 mil más intereses, lo que redondea el resarcimiento en unos $700 mil, pero los dueños del hotel se niegan a pagarlo.

Así, el calvario de Jorge Ruiz en su PH contiguo al albergue ubicado en calle 1 entre 61 y 62 de La Plata, parece no tener fin. Mientras, los dueños siguen ganando dinero con el placer de muchos y se ahorran otro tanto con no pagar por el sufrimiento de su vecino.