Bueno, la espera casi terminó (falta así de poquito, aunque para los interesados, parece que el reloj se detuvo ¿no?). Ya está acá. En las primeras horas de ayer aterrizó en el país, se fue derechito a descansar a una quinta en Pilar y se dispone para sus dos históricos conciertos en River, que tendrán lugar mañana y pasado a las 21. Recitales que, a juzgar por las excelentes críticas cosechadas a lo largo del tour, la polenta que acaba de demostrar en Brasil (ante 50 mil almas en Porto Alegre) y la manera voraz en la que aquí se agotaron las entradas apenas salieron del horno -es decir a principios de octubre-, se anticipa idílico. Es que nadie duda de que así será el reencuentro entre los argentinos y Paul McCartney, que tras 17 años de ausencia, pisará por segunda vez este suelo para deleitar a sus seguidores con clásicos y novedades. Y de algún modo, renovar esas fotos al borde del sepia que guardan en sus corazoncitos quienes en 1993 pudieron ser testigos del New World Tour, su debut por estas tierras, desgranando cortes de Off the Ground y casualmente también en el Monumental.
Pero vamos a lo que se viene. La lógica indica que la estación argenta del "Up and Coming Tour 2010" será igual o muy similar a lo que ya mostró en Brasil. Esto es, un apoteótico vuelo de unas tres horas por sus formaciones -Beatles y Wings-, con respectivos homenajes a George Harrison (con la interpretación de Something) y John Lennon (con Give peace a chance) incluidos; y mucho de su carrera solista hasta los Electric Arguments (2008), el tercer trabajo que firma bajo seudónimo The Fireman, donde Paul transpira su veta experimental, si vale la expresión a esta altura. O sea, de todo.
Rusty Anderson en guitarra y coros, Brian Ray también en guitarra, bajo y coros, Paul "Wix" Wickens en teclados, guitarra, armónica, coros, y Abe Laboriel Jr. en batería y coros, es la potente banda que acompaña al Sir inglés, que también se despacha en el bajo, la guitarra y el piano; y cuyo concierto abre con Venus And Mars, en fusión con Rock show, según consignó la agencia Ansa.
Jet, Let me roll it, Live and Let die -de Wings, uno de los momentos cumbre, según señalan- The long and winding road, Blackbird, Band on the run, I’ve got a feeling, Let it Be, Get back y Yesterday, son otros temas que suenan a lo largo del show, que concluye con The End (de Los cuatro de Liverpool), donde también recuerda a su ex esposa Linda Eastman (fallecida de cáncer y que lo acompañó en el 93); y en el que varias veces el ex Beatle se queda mudo, disfrutando del masivo coro que se rinde a sus pies… Muy lejos de aquellos caprichos de no volver a hacer recitales si los gritos de las fans seguían tapando sus voces, como -dicen- mascullaba en la era Beatles. ¿Será que los años también le enseñaron a disfrutar de su gente? Quizás.
En fin, aunque hay rumores de otra pasadita latinoamericana en 2011 -nada confirmado, claro-; para muchos no habrá otra vez de Macca en Argentina. Y así, con la alegría de ser parte de ese momento único, mezclada con el apocalíptico sabor a despedida, es que esos miles de fans esperan estos shows. Si se cumple su profecía, tal vez sea la última oportunidad que tengan de gritarle ¡Tanto tiempo Macca! y de abrazar su música y energía, fluyendo en vivo y en directo a sólo unos metros delante de sus narices.

