
Joven, sexy, bonita, adinerada, exitosa… Jennifer Lawrence es una mujer codiciada. Sin embargo, quien esté dispuesto a luchar por su corazón tendrá que estar preparado para enfrentar un temita que puede dejar a muchos con la mandíbula por el piso. Jenny se mira y no se toca. O al menos, se toca poco hasta que haya una relación seria -requisito 1- y el señor en cuestión -requisito 2- cumpla una condición sine qua non. ¿Cuál? La joven diva que fue pareja de famosos como el realizador Darren Aronofsky, el vocalista de Coldplay, Chris Martin; y los actores Chris Evans y Liam Hemsworth ha confesado que cada vez tiene menos sexo. Y no se trata de un tema de castidad, ni de que esté cansada o le duela la cabeza; no, no, no…. Tamaña paradoja, hace ya tiempo que la protagonista de Los juegos del hambre perdió el apetito (sexual) debido a una razón muy puntual: la actriz de 27 años se horroriza de sólo pensar en los gérmenes que le pueden transmitir en la intimidad. “Soy casi misofóbica (fobia a los gérmenes)”, admitió la ganadora de un Oscar. Pero tranquilos, pretendientes, que no es que ponga el fuentón con lavandina al pie de la cama o el alcohol en gel en la mesa de luz y los mande a desinfectarse antes de proceder; aunque imaginar que pide un chequeo previo a consumar no es nada descabellado. De hecho, antes de ir a los bifes, Jenn solicita a sus pretendientes un certificado médico para cerciorarse de que ningún bicho indeseado invadirá su anatomía. Así lo confesó en una entrevista con The Sun, donde aclaró que en su vida personal está muy lejos de ser la sex symbol que encarna en las pantallas. Y fue por más, porque dijo que hasta dar la mano le pone los pelos de punta. ¿Exagerada o precavida? Algunos creen que las declaraciones al tabloide no son más que una broma de Lawrence, pero nadie ha podido dilucidar todavía si lo que dijo es verdad o no… Y es que ni los examores de la rubia han salido a confirmar esto… (quizás pueda ser un poco bochornoso para ellos, ¿o no?). Como sea, de movida el caballero que la pretenda tendrá que tener el carnet sanitario al día… no vaya a ser cosa que se le queme el pan en la puerta del horno. Y la que avisa, ¡no traiciona!
