Con sólo 33 años este arquitecto devenido en actor -aunque continúa también con su profesión- logró su primer papel en la calle Corrientes en "La Gran Magia", de Eduardo de Filippo (1900-1984), protagonizada por Víctor Laplace, Gustavo Garzón, Sandra Ballesteros y Karina K, donde hace de Mariano D’Albino, un galán ricachón que enamora a Marta (Ballesteros) y se vale de uno de los trucos del especialista en ciencias ocultas, sugestión y transmisión del pensamiento, Otto Marvuglia (Laplace) para lograr su cometido, ante la atenta mirada de Colagero Di Spelta (Garzón), el singular esposo de Marta. Kuchen debutó así en el Teatro Presidente Alvear de la gran avenida porteña y luego del estreno habló con DIARIO DE CUYO de esta gran experiencia y de lo que significa en su carrera actoral.

– ¿Cómo fue que te convocaron a La Gran Magia?

– Cuando Miguel Abud respondió que por motivos personales no podía hacer el personaje, la productora comenzó a buscar reemplazo; cuando me llamaron del San Martín (NdR: del cual depende el Teatro Presidente Alvear) que es el complejo teatral más exitoso, no lo podía creer, tomé el primer avión a Buenos Aires y di mi audición ante el director de la obra, Daniel Suárez Marzal. Cuando ingresé al teatro, como aún no sabía de qué se trataba la obra vi a Sandra Ballesteros y a Víctor Laplace ensayando y me quedé admirado sin pensar que serían mis futuros compañeros de elenco, fue increíble.

– ¿Y cómo te llevás con ellos, cómo te recibieron?

– Te cuento como fue todo, estudié el texto y lo dije en un café de la calle Corrientes, al director le gustó y directamente me dijo que vaya al teatro, allí me presentó a los actores y quedé, con libreto en mano, diciendo mi letra con los demás. Todos tienen muy buena onda, nos reunimos seguido, es más, el otro día fuimos a un asado y Víctor dijo que hacía mucho tiempo que no trabajaba en un elenco tan bueno, hasta nos obsequio un regalito personalizado, un pajarito -que tiene que ver con uno de los trucos que hace en la obra- y hasta pude contarle mi historia y mis ansias por progresar en la actuación.

– ¿Cómo describirías a tu personaje?

– Mariano D’Albino es el langa de la época, tiene mucha plata, un yate y conquista a cuanta mujer quiere. Aunque no se hace evidente en el texto, el tipo así como enganchó a Marta puede enganchar a miles más, porque impacta y sus relaciones son efímeras, es el éxito del momento, la euforia, y entonces cuando no le sirve más una, tiene a otra; Marta cuando vuelve al Metropol ya va a ser otra. D’Albino también tiene atrapado a este profesional de la magia, Otto Marvuglia, por un interés mezquino

¿Qué rescatás de la obra y qué similitudes le ves con tu vida?

– Tiene un concepto que accidentalmente o no estuvo muy presente en mi vida, el tema de las ilusiones. Estoy convencido que si uno no tiene una gran ilusión, un deseo, no puede vivir. Uno tiene que tener una visión espiritual, y el intento de superación es lo que me alimenta para crecer y seguir un objetivo, sin necesidad de frustarme. Trabajar acá para mí es un gran paso, llegué a un lugar que en este momento es un punto de partida, y a la vez hace 10 años era imposible que lo pensara. Por otro lado, la obra trabaja mucho con una ilusión alimentada por Laplace y una sociedad que acompaña a esta mentira, que contribuye al engaño, y Calogero logra desprenderse de eso, superarlo y hacerles el juego al resto, con su propia ilusión.

Además del texto increíble de de Filippo, ¿qué opinás de la puesta en general?

– De Filippo estuvo opacado por Pirandello, pero ha sido muy reconocido en el ambiente como dramaturgo y actor; y esta es una de las obra suyas más importantes. La escenografía de Jorge Ferrari es majestuosa, cambia la escena, se ve el reflejo del agua de la piscina del Metropol; y el vestuario, a cargo de Renata Schussheim, está confeccionado todo de sastrería, con bolsillo, botones, el interiores forrados; yo me deslumbré con mi pantalón, los zapatos, el saco, el pañuelo… Al director no lo convence cualquier cosa, elige con detalle y está en todo.

– ¿Cuál es el balance que hacés de esta experiencia?

– Rescato el profesionalismo aplicado al arte, en estas cosas hay gran diferencia entre lo amateur y lo profesional, lo ves en el proceso de cada actor y ahí es donde entendí cómo funcionaba; el tercer día de ensayo Víctor Laplace se sabía toda la letra. Además, todos se brindan más que generosos conmigo, me proponen cosas y me dan consejos antes de entrar a escena… Hasta fines de junio tenemos contrato, quizás se pueda extender un poco más, pero el teatro ya tiene sus compromisos de cartelera establecidos. Lo bueno es que ya hay una movida y estamos esperando la repercusión en los medios que es lo que en definitiva le da impulso a la obra.