Junto a Miguel Angel Cherutti construyeron un imperio humorístico de actualidad -entre imitaciones y chascarrillos políticos-. Pero los egos y diferencias aniquilaron la fórmula y se cascotearon. En el medio, Nito tuvo un polémico affaire con Cecilia Milone, fue y vino miles de veces con la Cecilia oficial (la Oviedo, su ex mujer), amagó retiro definitivo y canjeó las tablas por su banca en el Senado (ver aparte). Sin embargo, se amigó con su co-equiper y resurgió la dupla durante el verano esteño con La Leyenda Continúa. "Trabajando con Miguel me di cuenta que el acercamiento con el público no lo tengo que perder’, asumió el capocómico que en paralelo, aprovechando sus momentos libres – y "para despuntar el vicio por el espectáculo’, dirá- sale de gira por el país con El show de Nito Artaza, que el sábado recalará en la provincia. Antes, dialogó con DIARIO DE CUYO sobre su doble vida.
– En teoría te retirabas de las tablas este verano ¿La venta de tickets cambió los planes? Con Cherutti les está yendo muy bien…
– No. Lo que hago con Cherutti es totalmente a beneficio porque
dono mi cachet. Y como estoy tan dedicado al Senado, de vez en cuando, cuando me queda un sábado libre aprovecho y hago algún show en el interior para no perder ese contacto. Ahora me contrataron para ir a San Juan y lo hago porque es mi profesión. Además, me sirve para recorrer el país. Donde voy, me reúno con dirigentes oficialistas y opositores (risas).
– Con Miguel te amigaste después de la furia ¿Conveniencia mata orgullo o se debían una reconciliación?
– Es que nos gusta juntarnos y por eso recompusimos nuestra relación personal yendo a pescar a Corrientes. Te digo algo, con Miguel nos divertimos como chicos en el escenario. Es posible que de todo esto que hacemos salga un espectáculo comercial.
– Y el recupero del podio que ahora ostentan Flor de la V y Carmencita Barbieri…
– (risas) No, por ahora no está en nuestro pensamiento. Quizás, le pueda producir algo a él o hacer algo juntos dentro de algunos años. Yo primero quiero focalizarme en mi carrera política, en mi provincia y en mi Nación.
– Se nota el cambio de prioridades. Te dejó de preocupar la taquilla…
– Sí, me dejó de preocupar. En Buenos Aires sólo produzco shows y en Mar del Plata alquilo mis dos teatros. Pero trabajando con Miguel me di cuenta que el acercamiento con el público no lo tengo que perder. Mi trabajo en el Congreso es arduo, pero trato de compatibilizar las cosas. Cuando surge una posibilidad como la de ahora, despunto mi vicio por el espectáculo.
– Desde la comicidad criticás a los gobiernos de turno ¿Qué es lo más chistoso que notas en el actual?
– Divertido me resulta el personaje de Kirchner. Cuando asumió y se golpeó con el bastón ya fue gracioso. Pero creo que el matrimonio presidencial no se permite cargarse a sí mismo. Tienen poco humor. También me parece divertido Aníbal Fernández porque tiene que explicar lo inexplicable. Pero cuando me piden que cuente un chiste en el Senado, les digo que de eso se encarga Juez (Luis, Senador Nacional).
– Si tu premisa en el show es divertir ¿Cuál es tu propósito como funcionario público?
– Poner las energías en el federalismo y en la coparticipación de las provincias. Por ejemplo, ir por la coparticipación del impuesto al cheque y los aportes del Tesoro Nacional. Es lo que prometimos en campaña.
– La gente ya no cree en los discursos proselitistas. ¿Qué hacer para revertir la desilusión social?
– Creo que hace falta un acuerdo nacional y federal. Uno entre los gobernadores de las provincias y el Estado Nacional. Tendríamos que tratar 9 o 10 temas que puedan modificar la calidad de vida de los Argentinos. Me hubiera gustado que el Bicentenario fuera un festejo de la patria, no del gobierno.
– Siendo de la cuna del chamamé ¿Argentina tiene payé o se estancó en el Km 11?
– (risas) No, soy optimista y pienso que la Argentina tiene payé. Más allá de que podamos criticarlo al Bicentenario, creo que hoy tenemos mejores condiciones sociales. Pero hay una frase de Borges que nos describe: "El argentino individualmente no es inferior a nadie, pero colectivamente no existe’. Espero que algún día podamos demostrar otra cosa (risas).
– ¿Lo ves al gobernador Gioja presidenciable?
– Cualquiera puede aspirar a presidente. A Gioja lo conozco desde que era senador, pero le falta bastante. Primero hay que pasar por las presiones del Poder Ejecutivo provincial y además por las de la Legislatura Nacional. Después de ahí, al conocer el presupuesto, que es neurálgico para gobernar, se puede aspirar a eso.
– ¿Y vos te ves sentado en el sillón de Rivadavia?
– No te voy a decir que no, a todo político le gustaría asumir esa gran responsabilidad, pero es necesario un fogueo previo y estoy en eso.
– ¿Cómo está tu relación con Cecilia Oviedo?
– Nosotros estamos divorciados hace mucho tiempo y tenemos una excelente relación. Ponemos la energía en nuestro hijo para criarlo de la mejor manera posible… Creo que te dije demasiado de mi vida privada (risas).
– Para el cierre ¿Cómo político sos buen cómico?
– (risas) Como humorista político me está ganando Juez.