"Marcos…lléveme hasta el fin del mundo…", eran las palabras de Victoria, la rica heredera del emporio de golosinas Bandi, hacia su enamorado y chofer. Y esa frase, un derroche de amor por cierto, fue uno de los jugosos condimentos de Dulce amor, culebrón que emitió Telefe hasta el pasado 29 de abril y pegó fuerte en la audiencia. La voz y el cuerpo de ese personaje estuvo a cargo de Carina Zampini, una de las invitadas para la gala final del Festival Internacional Unasur Cine 2013, que se llevó a cabo en San Juan.
Con su hijo Manuel de 15 años, la artista se encuentra disfrutando de sus merecidas vacaciones, antes de volver al trabajo con Sebastián Estevanez y a las órdenes de Quique Estevanez, también en el canal de las pelotitas.
Que la última vez que vino a la provincia fue con la obra de teatro Flores de Acero, hace unos años. Qué no tiene planes en cine porque está abocada a la televisión. Que Dulce Amor gustó porque fue "un programa sano’. Y que con su compañero de novela existe sólo una amistad. Son algunas de las declaraciones que hizo Zampini, una catarata de simpatía, a sus 38 años.
– ¿Cuál fue la clave de Dulce Amor para conquistar a la audiencia? ¿La pareja?
– Todo tuvo un poco que ver. Hay tiras que funcionaron muy bien, pero no pasó con las parejas protagonistas lo que pasó con ésta. Creo que la gente se encontró frente a un programa sano. Veníamos de muchos años de tiras donde se hablaba de oscuridad, agresión, violencia, sectas y la gente necesitaba algo más liviano, que le permitiera soñar con el amor.
– ¿Cómo te sentiste en el papel de heroína, luego de hacer también de villana en anteriores novelas?
– Es lindo tener la posibilidad de entrar y salir de distintos lugares porque uno, no solamente que se aburre, sino que se estanca, se acomoda en la seguridad de lo que le funciona. Los roles de villanos son súper divertidos pero Victoria me permitió desafiarme como actriz; no fue fácil de ponerse en el papel de una mujer que era protagonista, tenía que ser querible pero también distante y fría.
– ¿Victoria también te permitió mostrar tu costado más hot?
– Sí, para los sueños de Marcos (risas). Me permitió moverme en distintas aguas, disfrazándome de policía y haciéndome la sexy; o viviendo situaciones de comedia romántica, en mi primera exploración en personajes de esos tintes.
– Surgieron versiones sobre un romance entre vos y Sebastián, en la realidad…
– La gente quiere que seamos pareja, esperan eso. Uno nunca termina conociendo de donde salen esos rumores, a veces le sirve al medio generar una movida y la verdad tenían elementos porque tuvimos química en la pantalla, pero él está felizmente casado.
– ¿Y vos?
– En ese momento sí, ahora no.
– En una entrevista dijiste que Sebastián es el galán con el que mejor te llevaste…
– Sí. Y también me pasó con Gabriel Corrado en una novela que se llamaba Luna Salvaje, pero no fue el suceso de Dulce amor.
– La escribieron los autores para Dulce.. pero le pusimos un condimento que rozaba lo gracioso, entre caliente y de deseo.
– ¿Eso es directamente proporcional a la química?
– Lo que pasa es que Seba es un pibe de barrio, carismático, relajado, que propone todo el tiempo y me animó a hacer ciertas cosas; y yo le pasé seguridad, estructura y orden. Somos diferentes a la hora de trabajar pero parecidos en la vida, venimos de familias de laburantes, sabemos del sacrificio y que la fama es parte del trabajo.
– ¿Con Dulce Amor, la fama te sorprendió?
– Cuando uno sabe de donde viene y hacés algo que te da más popularidad y te sorprende y desestabiliza, es porque no estás consciente dónde querés estar parado.
– ¿La popularidad de Dulce Amor puede ser una desventaja para encarar otra historia que cautive a la gente?
– Tengo una manera de encarar el trabajo que siempre es igual, más allá del resultado que tenga. Amo mi trabajo. Es cierto, que lo que vamos a hacer es teniendo un antecedente que fue suceso.
Volver a repetir la pareja, conectando los personajes desde una historia similar pero diferente y que la gente pueda olvidarse que fuimos Marcos y Victoria, es un desafío a nosotros mismos. Tenemos que encontrar una muy buena historia, tanto como Dulce Amor, y crear un vínculo que a la gente le guste. Para este nuevo proyecto hay un titulo que desconozco si es verdad o no, pero circula en las redes sociales y es La ruta del amor; el argumento tiene que ver con una empresa de fletes y mudanzas, como el lugar que va a conectar a los protagonistas.