Con una extensa trayectoria, en cine, televisión y teatro, Alberto Fernández de Rosa es uno de los rostros más conocidos de la industria artística argentina desde la década del "60 a esta parte.
Trabajó en dramas, comedias, tuvo grandes participaciones en el exterior, dirigió en el Teatro San Martín, fue director de casting en Telefe, dirigente político, funcionario de cultura en Buenos Aires; dio vida al tierno Teo de Grande Pa, estuvo en Chiquititas y hasta en la serie que hace furor por estos días, Violetta.
Pero lo que hoy lo trae al tapete nuevamente es el reestreno de Los bañeros más locos del mundo, el film que protagoniza junto a Gino Renni, Emilio Disi y Berugo Carámbula, que superó los 10 millones de espectadores luego de su estreno en febrero de 1987, con la producción de Carlos L. Mentasti. El próximo 9 de enero el film llegará a los cines en una versión remasterizada, con sonido surround y hasta escenas en 3D. Fernández de Rosa, que dio vida a "Rosales’ en Mesa de Noticias y que volvió a llamarse así en la saga de La Brigada explosiva, que contiene a Bañeros y dio varios films más, habló con entusiasmo en una charla con DIARIO DE CUYO sobre el regreso de esta película, un clásico del humor naif o inocente, como el propio protagonista la definió.
-Con asombro y en otro punto, con mucha alegría. Me da alegría ser útil con algo hecho hace tanto tiempo. Poder presentárselo al público con una tecnología actualizada, es como ver reverdecer una planta, esa es la sensación que tengo.
-Es una sensación entre magia y estupor, porque cuando ves una película vieja ves el desgaste del tiempo, el sonido tenía una banda sola, así que es plano y te miras, ahora sos un señor de casi 70 años y hay una correspondencia con eso. Pero acá no pasa eso, quedó como una película hecha hace 5 minutos, y vos decís "¿cuándo envejecí?". Es asombroso
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-Creo que hubo una cambio en el concepto de producción de los medios masivos, porque en este caso el cine ofrece productos televisivos en un formato cinematográfico… cuando hicimos la película teníamos mucha vigencia televisiva, es un mix. Hoy en día hay una tendencia a lo fácil, nadie arriesga. Cuando Carlos Mentasti se puso con esta película era un riesgo, lo que venía de afuera tenía enorme poder hegemónico. El pensó en un sistema de identificación, puso una suerte de porteño-rosarino típico, como Emilio Disi, un hijo de españoles como yo, típico de la geografía argentina y el Tano Gino Renni y puso un galán como Berugo Carámbula. Había competencia fuerte, había tendencia al exhibicionismo físico, a lo erótico, y este es un humor simple, estímulo- respuesta.
-El "83 fue una explosión social en muchos sentidos, y este fenómeno acompañó el proceso general que el país tuvo en ese momento, vino con la alegría, con la posibilidad de no caminar con miedo todas las noches. Yo estuve prohibido, cuando vino la Guerra de Malvinas recién pude volver.
-Uno es un cine de factura artística y el nuestro es de factura industrial, que no quiere decir que no tenga elementos artísticos en sus creaciones. Pero son dos propuestas cinematográficas distintas. El que tiene una intención de tipo artística, creativa, tiene un objetivo y si le va mucho público, bien, pero no lo necesita, nosotros lo hacemos para tener una respuesta masiva, muy popular.
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-Lo que me está pasando a los 69 años, es el reconocimiento de mis pares, como un maestro, no lo digo en el sentido de un calificativo, sino por la cantidad de años que tenés, no importa si sos bueno o sos malo (risas), aunque sea por perdurar. Y ese reconocimiento es muy gratificante.

