Es uno de los directores de orquesta de gran talento que tiene la Argentina. Diplomado en Composición y Dirección Sinfónica y de Opera en el Conservatorio Rimsky-Korsackov de San Petersburgo, fue director asistente del prestigioso Mstislav Rostropovich y durante años director permanente del Teatro Mariinsky de Rusia. Bajo su batuta pasaron prestigiosas sinfónicas del mundo. También es un excelente pianista y apasionado escritor. Desde el 2008 hasta el 2010, estuvo al frente de la Orquesta Sinfónica de la UNSJ y fundó posteriormente la Camerata San Juan. Hombre de gustos simples pero con firmes ideales y convicciones políticas. La mayor parte de su vida estuvo consagrada a la música, pero también luchó por ideales revolucionarios militando en el PRT (Partido Revolucionario de los Trabajadores) durante los años 70.
Sin embargo, con todo lo vivido, a Gustavo Plis Sterenberg tal vez le toca hoy enfrentar un gran reto personal: Poder ganarle al Parkinson, enfermedad que hace más de una década viene sufriendo de forma paulatina y que en los últimos años se ha vuelto un infierno para él, ya que le ha afectado en gran medida el control de su motricidad física. En el medio de una batalla brava, guarda esperanzas de superar sus limitaciones.
A mediados de julio fue sometido a una delicada intervención quirúrgica para resolver un déficit neuronal, producto de un tipo de Parkinson conocido como ‘de mitad inferior’ o ‘Parkinsonismo vascular’. Este complejo síndrome le trajo severos problemas para poder caminar, mantener el cuerpo estable y hasta dificultades para comunicarse adecuadamente. Este mal, que iba incrementándose, llegó a un punto crítico donde podía alejarlo de su carrera musical definitivamente si no era tratado a tiempo. Entonces se trasladó a Buenos Aires, un grupo de 14 especialistas dirigido por el neurocirujano sanjuanino Ricardo Berjano le implantaron un chip o estimulador neuronal profundo. Es un circuito integrado especial conectado a su cerebro que le permitirá recuperar progresivamente el control y la movilidad de su cuerpo. Recientemente obtuvo el alta médica y se recupera en su hogar, acompañado por su pareja actual, la violinista Elisa Montenegro.
"Lo más duro que pasé fueron las 14 horas de cirugía. Pero al día siguiente no entendía nada de lo que sucedió. Recién al tercero ya estaba ubicado en el espacio y en el tiempo’, fueron las primeras impresiones que expresó el maestro Plis Sterenberg en charla con DIARIO DE CUYO. "Estoy caminando ahora sin dificultades. Por ejemplo, no siento esa rigidez de las piernas que tenía durante las noches y que no me dejaban dormir, porque el dolor me llegaba hasta el abdomen. Era algo terrible. Ahora me siento fantástico’, señala con un cambio profundo en su semblante. Hasta su mirada expresaba una alegría incontenible mientras relataba su experiencia.
Durante la intervención quirúrgica tuvo que estar bastante tiempo despierto, pero tiene imágenes confusas y contradictorias en su memoria al tratar de recordar. Lo importante, de todos modos, es que hoy se está adaptando a este nuevo presente. Claro que, con 22 puntos en la cabeza (de un lateral al otro), más 8 a la altura del pecho, no son nada sencillo de asimilar. "Me conectaron una especie de marcapasos subcutáneo de diminuto tamaño, con electrodos conectados al cerebro. El médico calibra el dispositivo a control remoto. Esto sirve para regular la electricidad necesaria a distintas partes del cuerpo, y eso logrará que camine mejor y hasta pueda jugar al fútbol’, contó entusiasmado. Y agrega que este avanzado sistema le cambió hasta la manera de alimentarse y medicarse. "Antes no podía escaparme del turno para cada pastilla y las tenía de todos los colores. Reduje el consumo de unas 9 dosis por día a 3. Incluso me doy el gusto de poder comer un corte de asado sin consecuencias’.
Optimista, sabe que esto recién empieza, porque de aquí en adelante, seguirán algunas sesiones para ver cómo continúa su evoluciona. "Vengo sufriendo hace más de 13 años y últimamente fue muy difícil para mí convivir con esto. Hoy me siento con mucha energía para retomar las cosas y salir de gira con la Camerata’, planea "El Maestro’. "Tuve muchas mejoras, las disquinesias o pequeños tics irán desapareciendo de a poquito. Yo no me quiebro por nada del mundo. Pero debo reconocer que pasé por momentos terribles, con fuertes sentimientos de autodestrucción. Estaba harto de todo. ¿Qué iba a ser de mí? Muchas veces pedía una pistola para terminar con todo esto, porque me sentía desbordado. Pero al final, lo que me sostuvo de pie, fue sentir los aplausos del público’, dijo compungido.
En el medio de la oscura resignación, allí estaba su fiel compañera Elisa, quien lo apoyó desde el principio enfrentando duros obstáculos. "Cada vez que le tocaba dirigir en cualquier presentación de la Camerata, se olvidaba del Parkinson. Siempre tuvo una fuerza que arrasaba con todo, como si fuera un león. Pero al llegar a la casa, le agarraban las distonías y no podía descansar’, explicó la violinista. "Lo ayudé mucho al igual que todos los músicos de la Camerata para salir adelante. Por suerte salió todo muy bien, gracias también a la gran ayuda del Gobernador Gioja y del ministro Daniel Molina. Estamos muy agradecidos porque ellos resolvieron rápidamente la imposibilidad de poder llevar a cabo esta operación, ya que ninguna obra social podía cubrirlo’, acotó Elisa emocionada. "Él merece llevar una vida mejor. Esta oportunidad le dará alas para seguir volando con la cultura’, dijo mientras apretaba sus manos. "Y para colmo, esto nos dio una lección a los dos, aprendimos a valorar más las cosas cotidianas que tenemos y que descuidamos con frecuencia’, concluyó la artista.
De cara a su "renacimiento", Plis Sterenberg está deseoso de retomar sus proyectos con la Camerata San Juan y su eterna cruzada: seguir luchando para que la música universal llegue al alma de todos, sin fronteras que separen.

