Hoy en San Juan, en simultáneo con otras salas del país, estrena ‘Peter Capusotto y sus 3 Dimensiones’, la primera película del actor en formato 3D, donde el dueto -que conforma con Pedro Saborido- mantiene su línea de humor inteligente, ácido, absurdo y paródico, en un film colmado de personajes y que dura aproximadamente una hora y media. En medio de la campaña de promoción de la película por la ciudad de Rosario, Capusotto habló de esta experiencia con DIARIO DE CUYO.
-¿Con qué se encontrarán los seguidores del programa?
– Es como un episodio especial, pero de larga duración. No estará el presentador Peter Capusotto, sino que Violencia Rivas llevará el hilo de la historia. El tema central trata sobre el concepto de entretenimiento. Unos tipos hacen un documental y le preguntan a Violencia Rivas qué opina al respecto. A partir de ahí se disparan todas las situaciones.
– ¿Cómo nació este proyecto?
– El año pasado paramos el programa y nos embarcamos en este 3D. No sabíamos en qué terminaría, pero nos arriesgamos igual. Evidentemente, trasladarse a una sala de cine implica un cambio importante, pero el espectador verá que la esencia está intacta.
– Cuándo chocan cerebros con Pedro Saborido ¿se enciende la chispa?
– Desde ya que sí, algo nos moviliza. Hay una empatía, un deseo y una necesidad personal de encontrarnos. Esto es un paso más que hicimos con Pedro, el desafío fue filmar con un formato distinto lo que habitualmente hacemos en la tele. Lo importante es accionar cosas entre los dos. Mientras ese encuentro creativo se mantenga, seguiremos creando cosas.
– ¿Habrá una temporada 2012?
– Ya se charló con la gente del canal 7, pero como hay Juegos Olímpicos, pensamos presentarnos mejor después de julio y agosto. No encontramos un mejor lugar que éste. Ni siquiera recibimos ofrecimientos concretos de otros canales. Y cuando vengan, no agarramos, nos quedaremos aquí.
– ¿Te preocupa que caiga en la repetición?
– Tratamos de darle la vuelta sacando nuevos personajes. Relatamos lo mismo, pero lo oxigenamos. Esto le ha pasado a grandes directores como Fellini o Bergman, que siempre estaban obsesionados con un tema en particular y lo abordaban de distintas maneras. Evitamos que el televidente se acostumbre porque si no, también nos aburrimos nosotros. De todos modos, paramos el año pasado para mover un poco el avispero.
– ¿Qué cosas cotidianas te transforman en Violencia Rivas?
– Lo que Violencia Rivas tiene es un discurso desmoronador de ciertas convenciones o creencias establecidas. Reacciono a ciertas circunstancias que convierten a uno en un pelot… digno de ser señalizado por Violencia Rivas. Hay un relato circulando, dando vueltas que me parece mentiroso y falaz. Entonces el alter ego de Pedro y yo sale a la luz.
– ¿De dónde proviene ese relato?
– Está metido en los medios de comunicación y también en función de una estrategia más perversa que tiene que ver con la circulación del capital en manos de unos pocos. Me molesta la exacerbación religiosa, pienso que la religión tomada por las instituciones es de los peores males de la sociedad, a lo largo de la historia han provocado muertes, enfrentamientos y guerras. Cuando en realidad deberíamos vivir mejor, encontrar nuestra propia religiosidad y tratar de hacer más el bien. Pero a veces siento que es imposible resolverlo, por eso me escapo muchas veces a través del humor, me pongo la máscara y me burlo de la realidad que me agobia. Se trata de enfrentarse al discurso del poder, de aquel que tiene más guita tiene más poder sobre los demás. Evidentemente no estamos bien organizados en este mundo. Es aquí en donde comienzo a dudar de la evolución humana y en cómo terminaremos ante tanta crueldad que provoca. Soy sensible a todo eso y tengo una sensación de derrota inapelable, de que estemos un poco condenados. Pero en el medio de todo eso, sale Violencia Rivas, como también los demás personajes, que siempre tienen algo que decir.

