Eufórico, impactado, feliz. Así se mostró ayer, en su regreso al país, Guillermo Francella, tras su paso por la gala de la Academia de Hollywood el domingo pasado, cuando vivió una experiencia "única": Aunque "de colado" en el escenario (no estaba en el protocolo que subiera y la seguridad lo persiguió, sin resultado, mientras iba por su sueño), recibió junto al director del film y a los productores el Oscar a Mejor Película Extranjera por El secreto de sus ojos; que mañana se reestrenará comercialmente en las principales salas del país, al igual que la gran triunfadora Vivir al límite (no así en San Juan); y en la que interpreta un rol bisagra en su carrera.
"Sé que mi papel fue muy distinto a todo lo que había hecho hasta el momento, pero fue un desafío que me gustó asumir y creo que lo cumplí. Quizás ahora me miren de otra forma y digan ‘mirá Francella también puede hacer otros papeles’ ", se sinceró el actor que compuso el personaje de Pablo Sandoval, quien no ocultó ni disimuló sus sueños de Hollywood.
"La ceremonia fue muy impactante para mí. Siempre soñé con poder estar en la entrega de premios pero nunca creí que me tocaría. Algunos se acercaron y nos felicitaron, hasta Tarantino me dijo ‘congratulation’ ", se rió.
"La ilusión que teníamos era muy grande. No sabía cuál era el criterio de la Academia, pero sentía que si votaba el público del mundo ganábamos nosotros", agregó en Ezeiza. "Se plasmó un sueño. A la distancia uno va a valorar esto. Ha sido muy grande lo que ha pasado para la Argentina. Es la mejor caricia que se le puede hacer al cine argentino", enfatizó el actor, quien consideró que "para un pueblo tan cascoteado, es lo más gratificante que nos puede pasar".
Si sobre se esperaba o no el galardón, contó que "las expectativas eran enormes porque sabíamos que había una preferencia pero distintas variables, aunque al último se habló mucho y la verdad es que al estar con cuatro películas muy buenas que tuve la suerte de ver, el triunfo vale doble (…) También sentí a un público que tenía ganas de que volvamos con el premio, como la copa de un campeonato del mundo".
Sin bajarse de ese tren, Francella elogió al realizador, Juan José Campanella, quien le dio el guiño para que subiera a escena.
"Sin ninguna duda más allá del trabajo de equipo el gran protagonista fue Juan. El Oscar es de Campanella y esperemos que se sigan haciendo estas películas de calidad y exitosas", afirmó.
En cuanto a su viaje, el intérprete aclaró que no viajó porque intuyera que fuera a ganar. "Nadie lo podía intuir, la esperanza estaba, pero nada más. Tenía el deseo de ir, pero no tenía entradas y además me encontraba en plena filmación de El marciano con Ana Katz. Había dos acreditaciones, para Campanella y su compañera, y luego dijeron que había cuatro, por lo que las otras dos eran para el productor español (Gerardo Herrero) y su esposa. Surgió la posibilidad de una más, luego de que se ganó el Goya, y ahí me llamaron; y después una sexta, que fue para la productora argentina (Vanessa Ragone). Estábamos los seis en tres lugares distintos, fue gracioso, pero el objetivo era estar en el escenario con Juan. Como estábamos todos separados tardamos un poco, además de traspasar a estos muchachos con transmisores, pero al fin llegamos".
Respecto de su futuro actoral, Francella dijo que "si se da una oportunidad de filmar allá, me encantaría. No me iría a vivir, pero me encantaría", repitió el actor futbolero, que en ese fin de semana tan especial también gritó los dos goles que el Racing de sus amores le metió a Boca.

