Se esfuerza en mantener su perfil bajo, pero el año pasado el éxito lo atropelló y lo colocó como uno de los mejores actores de su generación. Aún con los aplausos del Martín Fierro de Oro que ganó El puntero (unitario de El trece, con Julio Chávez) resonando en sus oídos -además del escandalete mediático que vivió esa misma noche (por un video donde se lo ve conversando animadamente con la vedette Belén Francese)- Rodrigo De la Serna trae a San Juan a Dani, el policía que interpreta en Lluvia constante. La obra, que forma parte de la temporada de Fundación Protea y donde comparte escenario con Joaquín Furriel, es una historia donde entra en juego "la amistad, la traición y la relación entre abusado y abusador".Del teatro, de su rol como José de San Martín para la película que se rodó en Barreal en 2010 (Revolución, El cruce de Los Andes), de su parentezco con el Che Guevara, de sus planes a corto plazo y hasta de su corazón, de todo eso habló con DIARIO DE CUYO.

– No habías hecho una gira teatral tan larga ¿Cómo es para vos?

– ¡No! En mi vida había hecho la misma función 250 veces, es algo que se da poco en la vida del actor, por ahí a actores de mucho teatro le sucedió algo así, a mí es la primera vez que me pasa y a Joaquín también. Estamos los dos muy conformes. Hay una intimidad y una cercanía con el público increíbles.

– ¿Cuánto influyó El puntero en tu carrera?

– Fue increíble, el año en sí, imaginate, se estrenó San Martín, hice a Lombardo (el personaje en El puntero) y esta Lluvia constante, fueron tres cosas muy fuertes en mi carrera, que se dieron en el mismo año, algo muy loco que no siempre sucede. La gente la recibía increíblemente bien, lo notabas en la calle. Y el reconocimiento que tuvieron con el programa fue muy lindo. El haber recibido el Martín Fierro de Oro no sucede todo los días y trabajar con Julio Chavez fue muy bueno, es un maestro de la actuación.

– ¿Cómo convivieron Lombardo con el policía en el teatro?

– Muy bien. En realidad, uno tenía chapa y el otro no, era la única diferencia. A la noche me ponía la placa y de día la guardaba en la mesa de luz.

– E interpretar a San Martín en su gesta libertadora ¿Cómo fue?

– Tremendo. Una de las experiencias más importantes de mi vida, es un banquete que pocos actores tuvieron la suerte. Me puse las botas, inflé el pecho, me comprometí mucho con la historia argentina y el resultado creo que es muy bueno.

– ¿Te sumarías al Cruce de los Andes a lomo de mula que organiza el Gobierno de San Juan?

– Estuve en la cordillera, fueron unos cuantos días para la filmación, estuvimos tres semanas haciendo base en Barreal; me tocó un hermoso Silla argentino (raza del caballo), muy buen porte, con carácter el amigo, pero nos llevamos bien.

– ¿Y qué te dejó Diarios de motocicleta?

– Fue increíble, como la de San Martín, una experiencia rotunda. Transitar Chile, la Patagonia argentina, Perú, el contacto con los pueblos originarios de cada país, con la realidad latinoamericana y los saqueos que hoy siguen sucendiendo 60 años después del viaje de aquellos personajes…

– ¿Y al final sos pariente del Che Guevara?

– No es que lo confirme yo, en realidad es un parentesco tan lejano que no hay palabra que pueda atrapar esa relación. Pero sí, soy De la Serna igual que él, que era Guevara De la Serna. Mi viejo es muy parecido, tiene la misma frente, los mismos ojos. Me encontré hace poco con su hermano más chico, Martín Guevara, en Mendoza y con unos vinitos en el medio terminamos parientes.

– Cuando empezaste ¿creías que el reconocimiento llegaría tan pronto?

– La verdad que no, aunque no sé es si tan pronto porque he trabajado mucho. Desde que hice Okupas, pasaron 12 años. Estoy muy contento.

-¿Hiciste cosas de las que te arrepentís?

-No, todo tiene su por qué y todo trabajo, por más difícil o duro, deja su aprendizaje. En este sentido no me arrepiento de absolutamente nada.

Y en lo personal ¿Cómo es Rodrigo de la Serna?

– Yo no quisiera definirme para que la gente me conozca tan fácil, se lo dejo a la gente que tengo ganas que me conozca. Soy un tipo accesible, no tengo rollo con nadie. Soy una persona normal con un trabajo medio raro, eso es todo.

– Estuviste en el tapete por un supuesto romance con Belén Francese. ¿Qué fue eso?

– Un escandalete televisivo, eso fue. Intercambiamos una charla y pasó tanto a mayores, que yo no puedo creer la avidez y la voracidad de algunos medios por llenar un vacío que ellos mismos generan. No me gustó prestarme a eso.

– Se te veía molesto…

– Imaginate, venía de ganar el Martín Fierro, no podía creer que me estuvieran preguntando de eso. Que estuvieran las cámaras afuera esperando fue increíble. Inclusive que en Twitter desmintiera un Rodrigo de la Serna que no soy yo. Era muy surrealista.

– ¿Tiene que ver que no se te conoce una pareja en este momento?

– Claro, porque con Sole (Fandiño) sí tuvimos un especie de noviazgo y yo venía de estar casado 11 años con Erika Rivas. Yo le pediría a la gente encarecidamente que se fije qué hace con su vida.