Por segunda vez en Bailando por un sueño, este año Sabrina Rojas se caracterizó por buenas performances y un perfil bajo apenas sobresaltado por su noviazgo con el ex Valientes Luciano Castro. Debido a problemas personales, pidió "tiempo fuera", una pausa en la que tuvo como reemplazo nada menos que a Coki Ramírez, la pretendiente de Marcelo Tinelli, que fue muy efectiva en términos de rating. Cuando Sabrina volvió, quedó sentenciada por primera vez, fue al telefónico con Juana Repetto y finalmente quedó eliminada de la competencia. Se dijo que la sombra de la encaradora morocha cordobesa eclipsó a la bella mendocina. Sin embargo, ya fuera de la pista y próxima a llegar a San Juan (ver aparte), Sabrina se ríe de las "fantasías" colectivas, agradece su paso por la pantalla más caliente de la televisión y disfruta de su tiempo libre, mientras analiza propuestas de teatro y de tele para el verano.

– Ya fuera del bailando ¿triste o más relajada?

– Un poco de las dos cosas, uno quiere seguir, pero el cuerpo ya me estaba diciendo basta… Es un entrenamiento fuerte, son muchas horas sobre todo para las que no somos bailarinas… el cuerpo se va lastimando… Ya había empezado con los ensayos del caño, llena de moretones… el último día me tuve que inyectar porque estaba muy mal del cuello… pero bueno, ya está, quedé afuera.

– Se dijo que el reemplazo de Coki te eclipsó ¿Lo viviste así?

– No. Cuando pedí un tiempo y me dijeron que me reemplazaba Coki me puso muy contenta, porque me parecía super amorosa, carismática, hermosa… además se le daba la posibilidad de lucirse mucho más todavía.

– ¿Es cierto que tu ausencia se prolongó por su gran aporte al rating?

– No, fue una elección mía. Yo necesité irme de un día para el otro. Volví, empecé con los ensayos y otra vez me surgió un tema familiar y tuve que irme. De hecho tenía miedo que la producción me dijera que no, pero me dieron el OK y lo resolvieron con Coki y me pareció bárbaro. Mientras entre la producción -que es la que me contrata- y yo esté todo claro, es suficiente. Yo sabía igual que se iban a decir un montón de cosas…

– Ya conocés el juego…

– Sí, estoy acostumbrada, hay una realidad pero también una gran fantasía y todas las que estamos ahí adentro lo sabemos y nos morimos de risa…

– ¿Qué fantasía?

– Esa, que Coki había pegado y la producción me había hecho a un lado. Nada más lejos. Fue una necesidad mía y un favor que me hicieron. También se dice que hay arreglos y cosas…

– ¿Y los hay?

– No, de hecho se ha ido mucha gente que uno se queda sorprendida… Favoritismos y esas cosas pueden llegar a haber en el jurado, porque somos humanos. Con el tema de los hijos puede ser, el amor de un padre…. yo me pongo en el lugar de Reina o de Pachano y debe ser difícil…

– Encima fuiste al teléfono con Juana Repetto…

– Sí, y la adoro, es un Sol de persona y está al margen de todo, odia todo eso… Pero bueno, esto es un programa de televisión, un show, y cuando entrás ya sabés que puede llegar el momento de irte… eso lo tenés claro… o al menos yo. El tema es cuando creés que el mundo se termina ahí…

– Pero hay vida afuera del Bailando…

– ¡Es más, ahí empieza tu vida! Sobre todo para las que recién comienzan. Imaginate Coki, una chica de Córdoba, muy talentosa, intentando hacer conocer lo que hace; y que lo que soñó se le dé prácticamente en un mes… es fuerte. O esta chica… no me acuerdo como se llama la de Fort…

– Erika

– ¡Erika! No sé que hacía antes, pero que de repente todo el mundo la conozca debe ser fuerte…

– ¿Hay que estar muy bien parado para que el Bailando no te de vuelta la cabeza?

– Totalmente, hay que estar contenido. Cuando estás en el Bailando creés que el mundo está a tus pies y de un día para el otro deja de estarlo, y es un tema… El Bailando te da mucha pantalla, la gente te reconoce mucho en la calle, el cambio es enorme…

– Lo decís por experiencia…

– Sí, y a pesar que yo estuve al margen de todo…

– Cierto, no te metiste en ningún escándalo…

– Fueron más de cuatro meses que estuve ahí, y creo que nunca estuve sentenciada antes porque ni el jurado se acordaba que yo estaba en el certamen (risas). No, en serio, creo que pude demostrar que se puede permanecer sin tener que recurrir a otra cosa…

– Lo que te mató el punto fue tu noviazgo con Luciano…

– Sí, ahí soné, pero bueno, no es nada escandaloso. Además traté de manejarlo con perfil bajo… Yo la verdad es que no padecí nada el show, desde que entraba a Ideas hasta que me iba, la pasaba genial.

– Ser blanco es una elección personal…

– Totalmente depende de uno. Te pueden pedir una opinión y decir "ay, no sé", o engancharte a decir cualquiera. Yo no me llevé mal con nadie, nunca anduve por los programas hablando y peleándome… y cuando tuve algún tema mediático, traté de frenarlo ahí. Antes de andar de programa en programa dando explicaciones, prefiero estar en mi casa tomando mate con mi pareja…

– Te parecés a Luciano, él también es alérgico a lo mediático…

– Él mucho más que yo (risas), no por nada estamos juntos…

– ¿No le disgustó que entraras al Bailando?

– El respeta mucho mi trabajo, pero por sobre todas las cosas me conoce y sabía cuál iba a ser mi papel ahí, sabe que Marcelo lo adora y lo iba a respetar; y sabe que yo sé hasta qué punto tengo que hablar de nuestra relación. Él tenía ganas que yo siga…

– No te esperó con un champagne para celebrar que te fuiste…

– (Risas) No, creyó que era injusto. Igual se enteró al otro día, porque no ve el programa y cuando llegué, ya estaba dormido…

– Ahora te estará disfrutando más…

– Eso seguro (risas)

– Y si te convocaran para el Bailando 2011…

– ¡Ay! ShowMatch tiene algo. La última vez me fui diciendo "no vuelvo más", pero no porque la pasara mal, porque ahí se trabaja con muy buena onda; sino porque es muy sacrificado. Pero cuando te llaman… todos tenemos nuestro ego… Si me preguntás ahora, te digo que no; pero el año que viene no sé… Todas queremos estar en ShowMatch.