El hecho más significativo que tendrá el Festival de Cosquín que se viene desarrollando en estos días, será el regreso del máximo ídolo cordobés, Carlitos "La Mona" Giménez, que volverá a pisar el escenario Atahualpa Yupanqui después de 24 años. De esta manera, el mayor referente del cuarteto saldará una cuenta pendiente de 1988, ya que su show fue interrumpido por una serie de incidentes del público. A partir de entonces, las puertas de Cosquín estuvieron cerradas para el cuartetero. Sin embargo, el tiempo pasó y trató de sanar las diferencias entre "La Mona" y los organizadores del festival y ahora saldrá a reencontrarse con su público esta noche en la Plaza Próspero Molina. DIARIO DE CUYO pudo entrevistar al artista antes de su presentación, en la cual, compartirá algunas canciones junto a los Cuatro de Córdoba. La TV Pública transmitirá el festival a partir de las 22.30.

-¿Todavía tenés presente esa mala noche que tuviste en Cosquín?

-Voy a retroceder en el tiempo y terminar el show que se suspendió en el "88. Toqué sólo dos canciones y luego se vino el lío. Hubo desmanes, desmayos y corridas con la Policía. Lo que pasó aquella vez fue que llevé más gente que los demás. Dentro de la plaza habían vendido hasta tres veces la misma butaca y cuando largué la primera canción los chicos rompieron los alambrados y entraron todos los que se habían quedado afuera. Aquella noche fue la más concurrida de todas con más de cien mil personas. La cosa venía muy mal y se lo advertí a Julio Marbiz (por entonces animador del festival), la gente terminó sentada en el piso, pero todo se desbordó.

-¿Por qué tantos años de ausencia?

-Prácticamente estaba echado de Cosquín, no podía ni asomar mi nariz por la puerta, quedé muy mal por eso y todos me echaron la culpa. Cuando realmente, la culpa la tenía Marbiz que manejaba la producción de artistas y puso también a gente suya como boleteros. Aunque siempre los Cuatro de Córdoba me invitan hace tiempo a cantar con ellos. Pero les dije a Cosquín no vuelvo más, hasta Jairo y Facundo Toro querían llevarme, pero dije no, porque quería ir con mi banda y terminar lo que empecé. Pero ocurrió que las nuevas autoridades y el intendente de Cosquín me hicieron la propuesta, y al final acepté. Así que cantaré con los Cuatro de Córdoba el tema "Amándote" y "Zamba de Alberdi". Después de las 2 de la mañana actuaré yo con mis músicos.

-Tu presencia en Cosquín, ¿vence esos prejuicios que excluyen al cuarteto?

-Mirá, la música es universal. Si en Cosquín van cantantes de rock, ves que traen tango, cumbia de Bolivia, ritmos de Colombia, de Brasil, músicos que vienen de un montón de países y provincias. Digo, ¿por qué el cuarteto que representa a Córdoba no está? Como somos una mayoría, pienso que hay un fuerte sector que le tiene miedo al cuarteto, porque lo copa todo. Sobre todo en otros artistas folclóricos que no les gusta que venga "La Mona", vamos a ser francos y directos en esto. No por dármela, porque no me creo el número uno, pero La Mona tiene mucho arrastre. Sin embargo, sigo siendo marginado, aunque ya no le doy tanta bola como antes, tampoco lo tomo como algo personal. A este fenómeno del cuarteto que mueve multitudes, no lo pueden explicar los sociólogos ni los psicólogos, ningún analista.

-¿Cuál es el secreto de tanta popularidad?

-Vos te imaginás que en esa época gente de 20 a 25 años iba a verme. Ahora están llegando a los 50, son padres y sus hijos con sus nietos continúan la tradición. Hay una camada de pibes jóvenes que actualmente me siguen a todos lados. ¿Por qué tengo ese efecto? Ni yo lo puedo explicar. No sé por dónde pasa, pero llevo más de cuatro generaciones alegrándoles la vida todavía. Canto viernes, sábado y domingo, todos los meses en Córdoba capital con más de 300 fans que me esperan para sacarse fotos conmigo, que le firme libros y discos. Las quinceañeras se paran y me quieren saludar. La verdad, no lo sé.

-¿Será por ese trato especial que tenés con los demás?

-Salgo muy temprano, a las 5 de la mañana a andar en bicicleta. Los colectiveros me paran por la calle para que les regale una foto para sus hijos. Sigo andando y me paran las pibas de la facultad, que tienen mi cara tatuada en su espalda, todos mis días son así pero no me cansa. A lo mejor otros artistas no tienen esa misma onda, no tienen esa paciencia para atender a todos, pero yo sí la tengo. Les devuelvo el cariño que me dan porque sin ellos yo no soy nada.

-¿Estás satisfecho con todo lo que hiciste en tu carrera?

-Sólo le pido a Dios seguir cantando para alegrar al pueblo. Qué más puedo pedir. Hace poco, 16 grupos de rock armaron un "Monatributo", pibes de otro palo me hicieron un homenaje en vida, me cantaron "Una novia blanca", "El marginal", "Quién se tomó todo el vino" con Eduardo Prieto y Tribilín del grupo Años Luz que hace 25 años la compusieron conmigo. Fue muy emocionante para mí. Después me gané el premio Gardel el año pasado. Saqué mi disco número 82 que es de los cuatro primeros más escuchados. Grabé una canción para la película "Boca de Fresa" con Rodrigo de la Serna y participé en la película "De Caravana" que me tocó el papel de mí mismo en la historia haciendo un recital. Encima, cumplí 61 años y lo festejé sorteando 61 mil pesos a 15 mil personas. Son cosas que me ocurren sin planearlo, y me ponen feliz. Eso sí, lo que me queda es terminar ese concierto que no pude hace 24 años, lo digo a todo el mundo, volver a Cosquín es sacarme una espina del corazón.