Con unas curvas que parten la tierra, la uruguaya Mónica Farro (orgullosa de sus medidas 98-67-102) vuelve a suelo sanjuanino para iluminar el cielo de Sarmiento en la Fiesta de Blanco que organizará el productor local Ernesto Malla en el predio parroquial de ese departamento.

La ex chica Sofovich, que ingresó al quirófano para agregarse busto y ponerse grasa de su pierna en los glúteos, charló con DIARIO DE CUYO sobre el fallecimiento del reconocido empresario de teatro y TV a quien hacía 3 años que no veía pero que fue quien la sedujo para radicarse en Buenos Aires, hace 7 años, cuando tenía 32 pirulos para hacer No somos santas, El referí cornú y La Fiesta está en el Tabaris; y subrayó que era muy "perfeccionista" y que "le enseñó una frase que se dice en el teatro: hay que respetar el punto y la coma". Pese a esa gran pérdida en el mundo del espectáculo, hoy, la Farro se siente en su "eje interno". Y, tras finalizar su temporada teatral en Entre Ríos, desmintió su separación de Juan Suris, con el que convivió dos meses hasta que cayó encarcelado por su vinculación a una red de narcotráfico hace un año: "Él cambió mi forma de ver el amor", comentó la voluptuosa blonda en referencia a un tema que circuló en la web, donde su cintura de avispa provoca el ratoneo masculino cuando su figura aparece en paños menores

– Después de denunciar al fotógrafo de Ideas del Sur, Jorge Luengo hijo por golpeador, ¿pudiste rehacer tu vida?

– Y, al Bailando por un sueño no volví y fue por haber denunciado por "golpeador" a mi ex. Su papá trabaja ahí. Pero si Marcelo me necesita me va a tener ahí, más fuerte que antes, en aquel momento no estuve bien porque estaba con este psicópata enfermo.

– ¿Qué hay de cierto en los rumores que afirman que estás separada de Suris, tu última pareja?

– Nada… (risas). Yo nunca lo dejé. Que sea una mujer libre igual que él, es otra cosa.

– ¿Le sos fiel?

– Yo soy fiel porque elijo ser fiel, pero si mañana eligiera ser lo que quiera, podría serlo. No soy de nadie. Sucede que los medios empezaron hablar de que estábamos peleados porque hacía 4 meses que no lo veía, pero era porque estaba haciendo temporada de lunes a lunes y él está preso en Bahía Blanca.

– ¿Y el joven musculoso al que te vinculan?

– Eso fue una foto que me sacaron con uno de mis bailarines y amigo en el balcón de mi casa en Colón, él me estaba hablando de la vida y yo estaba con cara de triste, nada más… No pasa nada con él.

– Sos una mujer muy sexy, ¿Suris no te cela?

– Con Juan no tenemos problemas de terceros ni de celos, porque somos muy seguros. Por teléfono, él me contiene lo que nunca me contuvo un hombre en mi vida. Por eso sigo a su lado, es un buen hombre, no me maltrata, le encanta lo que hago y que me muestre.

– Cuando vas a verlo, ¿cómo son los encuentros?

– Siempre que voy a verlo, podemos estar 9 horas nada más. Conversamos de todo, tomando mate, tomados de la mano. ¿Cuántas parejas que viven juntas están dos horas hablando?

– ¿Y cómo es el noviazgo con alguien que está tras las rejas?

– Construimos una pareja desde la comunicación, desde el escucharnos, los mimos y las caricias. Acá, sexo hay poco y nada.

– ¿Pero vos dijiste que sos una mujer muy sexual?

– Tuve sexo hasta 6 veces al día con mis parejas, pero con Juan pudimos volver a tener sexo recién desde septiembre del año pasado y una vez por mes.

– ¿Entonces tuviste que adaptarte?

– Uno se acostumbra… Antes, para mí, el sexo era el 95% del amor en una pareja. Ahora me supe adaptar. Pero el día que lo tenga en casa, que se agarre, porque no va a salir a ver la luz del sol, nunca (risas).

– ¿Cómo va su causa?

– Eso no lo sabemos. La Justicia va demasiado lenta y da bronca saber que está preso por una mentira, por un ajuste de cuentas, pero no puedo decir nada, que hablen los abogados.

– ¿Cuándo quedará libre?

– A él no lo van a liberar los abogados, lo va a liberar Dios cuando tenga que ser. Todo los que nos pasa en la vida es un aprendizaje "para". Él ya lo sabrá. En mi caso, fue para aprender a vivir con la soledad. No hay mal que dure cien años.

– ¿Hacés terapia?

– No. Yo me dedico a mis plantas. Probé cuatro veces ir a un psicólogo, pagué, pagué y pagué y no me hizo nada.