Inglaterra, 26 de julio.- Sir Michael Philip Jagger nació el 26 de julio de 1943 en la pequeña ciudad de Dartford, ubicada en el condado de Kent, Inglaterra.
Hijo de un instructor de baloncesto y de un ama de casa, empezó a interesarse por la música estando en edad escolar. Precisamente en la escuela primaria Wentworth Country conoció a Keith Richards, que se convertiría en el gran compañero de su vida.
A diferencia de la mayoría de los artistas, fue un estudiante destacado y terminó el colegio secundario con un promedio que le permitió acceder a una beca para estudiar en la prestigiosa London School of Economics. Pero su vida académica concluyó en abril de 1962 cuando, a los 19 años, fundó The Rolling Stones junto a Richards, Brian Jones y Dick Taylor, convirtiéndose en su primer vocalista.
Luego de pasar cerca de un año tocando sin cobrar y en bares sin demasiada repercusión, el 6 de mayo de 1963 consiguieron su primer contrato, con la agencia Impact Sound. Al año siguiente grabaron una versión de “Not Fade Away”, de Buddy Holly, que se convirtió en su primer gran éxito, que recorrió todo el Reino Unido.
Poco tiempo después, a partir de 1965, el grupo alcanzaría reconocimiento mundial y comenzaría un camino de éxito del que no se alejaría nunca.
Si desde el comienzo hubo un factor determinante para explicar la consagración de los Stones, más allá de su talento musical, era la personalidad de Jagger. Provocativo, se destacó por ser el primer ícono del rock en desafiar los límites con sus letras, su forma de vestir y su increíble manera de moverse arriba del escenario, algo que conserva aún hoy, a los 70 años.
En los años 80 Jagger atravesó algunos momentos de crisis con la banda, situación que lo impulsó a buscar alternativas como solista. Como fruto de esta experiencia grabó en 1985 el disco She\’s the boss y, dos años después, Primitive cool, su segundo álbum solista.
Pero si bien algunas de sus canciones tuvieron cierto éxito, ninguna se acercó a lo que consiguió con el resto de sus compañeros de los Rolling Stones.
Algo parecido le ocurrió con su otro intento por destacarse por fuera de la banda: la actuación. Participó de películas como Perfomance, Ned Kelly, Freejack y The man from Elyssian fields, que no alcanzaron demasiada repercusión.
En 1992 incluso fundó su propia productora cinematográfica, Jagged Films. Pero más allá de Enigma, una película estrenada en 2001 que contó con la participación de Kate Winslet y Dougray Scott, no pudo desarrollar ningún proyecto importante.
Por eso con los años las fantasías solistas y actorales fueron perdiendo peso y Jagger terminó por aceptar el rol que le tenía asignada la vida: ser el cantante de los Rolling Stones. Un futuro que al parecer no imaginaba ni deseaba en 1975. “Yo solo quería hacer esto durante dos años. Imaginaba que la banda se dispersaría un día, que diríamos adiós. Continuaría componiendo y cantando pero la verdad es que preferiría estar muerto a seguir interpretando “Satisfaction” cuando tenga 42 años”, decía en declaraciones a la revista People.
Pero a los 70 años, luego de una agitada vida profesional y personal, tras dos matrimonios fallidos, infinidad de mujeres, siete hijos y dos nietos, un nombramiento como Caballero de la Orden del Imperio Británico, y siendo la estrella de una de las bandas más importantes de la historia de la música, Jagger puede arrepentirse y estar orgulloso de seguir cantando “Satisfaction”.