Quizás todavía no sea super conocido. Pero está en eso. A paso de hombre, pero seguro. Y sobre todo, con grandes probabilidades de sumarse a lista de galanes (o sea, Pitt, Clooney o Depp) y, por ende, consolidarse en Hollywood. Es Gerard Butler, el co-protagonista de "El caza recompensas", la nueva película de la cándida Jennifer Aniston. Allí, interpreta a Milo, un ex-marido muy vivaracho y vengativo que le hace las mil y unas a Nicole (Aniston). Eso en la ficción, porque su vida personal, está mas cerca del abono que del oportunismo desmedido (y de Jennifer, según rumores). Es que Butler, estudió derecho y es actor, pero podría haber sido lo que parece: un auténtico guardabosque. El muchacho tiene cuerpo fornido, barba tupida, ojos azules y toda la impronta de un eco-boy. "Si no fuera actor, el mejor trabajo del mundo para mí implicaría estar en contacto con la naturaleza. Guardabosques, supongo. Ahora mismo estoy siempre rodeado de gente y eso me encanta. Pero también me encanta estar en medio de la nada. Imagino que me iría a una isla lejana, ¿suena muy deprimente?", dijo el actor escocés.

Dirigido por Andy Tennant, autor de "Fool’s Gold", y compartiendo protagónico con Aniston, Butler se pone a la altura de expertos en el género de la comedia romántica. Hay sustento. Los músculos de Leónidas en "300" o la voz profunda de "Andrew Lloyd Webber’s The Phantom of the Opera", resultan ingredientes efectivos como para que "El caza recompensas", recupere su presupuesto en sólo diez días de exhibición en Estados Unidos.

"Yo siempre he tenido sentido del humor, así que tenía que canalizarlo hacia algo más que "300", bromeó. Y después del éxito de "The Ugly Truth", al lado de Katherine Heigl, con "El caza recompensas" reafirmó sus dotes actorales.

"No quiero encasillarme" -reconoce-, al tiempo que disfruta por haber "tenido que volver hacia los chicos malos que me impulsaron a ser actor: Spencer Tracy, Cary Grant o incluso Steve McQueen", explicó.

Como demuestran sus precedentes, del amor al odio hay un paso e incluso tras el paso legal de un divorcio puede quedar una puerta abierta a la reconciliación. Este tire y afloje con Aniston, le da a Butler la oportunidad de asumir unas cuantas escenas de acción, enseñar pectorales y desplegar el extraño atractivo de la torpeza emocional.

"Nunca he estado casado y nunca me he divorciado, pero supongo que divorciarse que es como tener un grano en la cola para ambas partes. Las mujeres se supone que son seres más emocionales, pero ellos acaban perdiendo un montón de dinero y no pueden ver a los niños. Pero bueno, ahora la gente lo hace continuamente", ironizó.

Gerard Butler es consciente de que su carrera hasta ahora ha sido más lúdica que intensa, pero por lo pronto, suma porotitos para dejar de ser promesa y convertirse en realidad. Lo que se dice, a la caza de Hollywood y con todas las armas.