Las notificaciones de mensajes se acumulan. Los textos y reseñas, comentarios y opiniones logran tener un considerable peso en kilobytes y ocupan rápidamente el espacio de memoria de un teléfono celular. "Me gustan los pintores expresionistas, pero no vi nunca mucho de ellos en las películas de ese período, excepto en "El Gabinete del Dr. Caligari. Ahora si entendí bien el cine expresionista", es un fragmento de un comentario hecho por Gabriela Ruiz, que fue seguido por la intervención de Roberto Guevara: "No conocía El Golem, fue toda una sorpresa, me resultó bastante parecida a Frankenstein'. Otra opinión vino de parte de Nelson Vera: "Nosferatu conserva el mismo carácter revulsivo, 100 años después de que se filmó, tuve ganas de verla de nuevo, hay una versión de muy buena calidad en Youtube y es una película que no ha envejecido nada después de un siglo de haber sido filmada".


Así son las jornadas que cada semana que se dan en el grupo de socios del Cine Club Franklin Rawson, el espacio didáctico dedicado a los temas que ofrece el Museo Provincial de Bellas Artes, con la particularidad de que ahora, debido al aislamiento social preventivo obligatorio, se desarrolla en las redes sociales y con notable protagonismo de los participantes.


Es que son los propios espectadores, quienes eran parte de intensas charlas y debates después de cada función de los días jueves en el subsuelo del Museo, los que no querían perder ese ritual; y por eso esta comunidad de cinéfilos sanjuaninos adoptó una nueva modalidad cada semana: seguir conectada con el séptimo arte, pero desde casa. Y en este formato, se convirtieron también en la primera línea de críticos al revisar y mirar las propuestas que hace el Cine Club desde su sitio oficial (www.museofranklinrawson.org/cineclub/) y que sigue de manera continuada. 


En esta iniciativa, los miembros del Cine Club -abierto para cualquier interesado- tienen la misión de ver los largometrajes organizados en bloques temáticos para que, luego del título propuesto, no solo busquen dónde verlo, de qué sitio pueden descargarlo o acceder a vía streaming. También que investiguen el contexto histórico en qué se filmó, las biografías de los directores o los intérpretes, las corrientes estéticas de la época, hasta poder realizar un comentario crítico sobre la obra.


El espacio es coordinado por el licenciado en historia Daniel Gil, quien fija los contenidos y elige de acuerdo a un criterio artístico y temporal, las películas a exhibir. Desde hace dos años viene funcionando como una propuesta de extensión que tiene el Museo Franklin, cuyo objetivo es generar un aparato erudito (programas, monografías, ensayos) que sirva como material de referencia y de estudio sobre las películas exhibidas y generar debates y discusiones sobre el arte cinematográfico en general.

El nuevo ciclo comienza el jueves 7, con películas norteamericanas de directores influenciados por el expresionismo alemán durante el Siglo XX.

En esta forma de interacción, los participantes pueden siempre realizar aportes y sus propios comentarios de las películas y eso dispara profundos debates y reflexiones que sirven para cuestionar qué es lo que ofrece tal o cual director, o también, pensar al propio cine como lenguaje artístico. Muchas de esas discusiones son transitadas por el grupo de wattsapp del Cine Club. Por ejemplo, el tema general del ciclo de abril fue cine expresionista en Alemania y sus influencias en los géneros populares norteamericanos. Con ese hilo conductor, se proyectaron "El gabinete del Dr. Caligari', de Robert Wiene (1920); "El Golem' de R. Wegener y C. Boese (1920); y "Nosferatu' de F.W. Murnau (1922) y "Metrópolis' de Fritz Lang (1927). En este sentido, el foco del debate que se dio fue acerca del expresionismo, si es considerado movimiento o bien una escuela artística. "La discusión que tuvimos es si el expresionismo un movimiento artístico dentro del cine', contó el programador. "Estas discusiones son muy interesantes entre los socios. Hacen intercambios y aportes muy buenos. Muchos ya cuentan con cierto tipo de formación porque vienen participando desde los viejos talleres de cine que daba, pero también queremos abrir el terreno para muchos otros que quieran sumarse sin que sea exclusivo, porque no se exige tener mucho conocimiento previo', añadió.


Lo que sí es medular dentro de este espacio es que el placer por el cine no se diluya estando lejos de una sala de proyección: "Lo importante es que pudimos mantener al Club gracias al apoyo del nuevo director del Museo (NdeR: Emanuel Díaz Ruiz), aunque no sea presencial. Es el público, en definitiva, quien decide participar, mirar, investigar, leer y opinar. Eso hace que la experiencia sea colectiva. Resulta una paradoja lo que nos planteó la pandemia, nos exigió a reformularnos. A pesar de todo lo que está pasando, es el único espacio temático de cine local que queda en pie', sostuvo Gil. 

 

Jueves 7/5: La Momia. De Karl Freund (1932). Unos arqueólogos británicos invaden la tumba de sumo sacerdote del antiguo Egipto. La momia intentará raptar a una joven que se parece a la princesa que amó en vida y que fue el motivo de su ejecución.

Jueves 14/5: Frankenstein. De James Whale (1931). El doctor Henry Von Frankenstein acomete un experimento tenebroso: construir, a partir de fragmentos de cadáveres, un nuevo ser humano. Lo que ignora es que el cerebro usado era de un criminal.
Jueves 21/5: Pacto de sangre. De Billy Wilder (1944). En ciudad de Los Angeles, un agente de una compañía de seguros y una cliente traman asesinar al marido de esta última para cobrar un cuantioso y falso seguro de accidentes; pero todo se complica.
Jueves 28/5: La mujer del cuadro. De Fritz Lang (1944). El profesor Wanley y sus amigos empiezan a obsesionarse con el retrato de una chica, expuesto cerca del club donde se reúnen. Wanley conocerá a la mujer y aceptará ir a su casa, pero algo ocurrirá allí.