En medio de condiciones climáticas cambiantes y un contexto económico crítico para la producción audiovisual, Pez Dorado no se amilanó y encaró después de mucho tiempo de preparación la grabación de su primer largometraje "El agua nunca dolió". Tras haber ganado el concurso Raymundo Gleyzer del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) en 2018 y luego de haber transitado otras alianzas nacionales e internacionales para recibir apoyo y financiamiento, inició la fase de rodaje integral en escenarios y locaciones de la provincia. Son varias semanas de trabajo hasta el 5 de enero, lapso en el que la directora Ana Bustelo y Tatiana Oruste conducen la realización de un drama protagonizado por actrices y actores locales, algunos extras provenientes de Mendoza y unidades técnicas y artísticas también de San Juan y de otras provincias. El set principal está ubicado en una casa residencial en Rivadavia, lugar donde concentran el grueso de escenas para la trama. También, utilizaron otros espacios como una piscina climatizada, el paraje de la Difunta Correa y seguirán en los próximos días con el Colegio San Paul, un local de una zapatería, una heladería, algunas calles céntricas de la ciudad y algunos sectores del Hospital Rawson.


DIARIO DE CUYO estuvo en contacto con Bustelo, quien relató cómo va desarrollándose el proceso de filmación: "Estamos muy contentas porque venimos generando bastante material que día a día se vuelve muy potente", dijo la realizadora. Cuando terminen de grabar en enero, vendrá la etapa de montaje. La posproducción de color se logrará en Colombia, mientras que la posproducción de sonido, se realizará en Uruguay. Para el segundo semestre de 2024 quedará el turno de presentaciones de "trabajo en desarrollo" (working progress) una instancia donde se presentan breves cortes de montaje con el fin de tener visibilidad y hacer pie en festivales como Mar del Plata, San Sebastián, Málaga y la Berlinale, destinos trazados para que la película pueda circular en su probable estreno, en 2025.


"Estamos en la búsqueda de agentes distribuidores para que nos faciliten el camino a las pantallas que nos interesan llegar", dijo Bustelo sobre el film, que también, una vez estrenado, tendrá lugar en la señal Cine.ar y Cine.ar Play. 


Los desafíos diarios en el rodaje son numerosos y también impredecibles. "El reto es coordinar un gran equipo humano y en el rol de la dirección, estar atenta a todas las situaciones, porque hay que saber tomar decisiones acertadas. Tengo que ser resolutiva, porque un día que nos demoremos en filmar, todo el trabajo resultaría inviable porque aumentarían los costos", señaló la directora. 


La historia del film (se calcula que el corte final duraría dos horas) trata sobre un drama de una nena de 11 años que perdió la movilidad de sus piernas y transita su infancia en sillas de ruedas. Interpretada por Máxima Moral, toca temas como la discapacidad, la resiliencia y sobre todo, los lazos familiares. "Trabajamos con la protagonista hace tiempo. Ella muestra mucho potencial y transmite naturalidad en cada escena. Los actores se comprometen mucho con el proyecto, al igual que la gente del set, que le ponen una voluntad enorme para sacar adelante la película", mencionó Bustelo. 


Gracias al haber obtenido el premio Gleyzer, el INCAA les cubre el 70% del financiamiento total del film. Esto garantiza casi la totalidad del rodaje, sin embargo, la productora debe acudir a otros organismos y concursos para poder completar toda la fase de montaje, distribución y promoción. "Originalmente, cuando iniciamos el proyecto estaba calculado en alrededor de unos 10 millones de pesos. Pero con la inflación y el contexto tan desgastante que estamos viviendo los costos totales de la película puede alcanzar unos 150 millones de pesos y no sabemos cuánto necesitaremos para el año que viene", señaló con preocupación. "La situación es terrible para todos los que estamos en la industria. Hay muchos rodajes de películas que se pararon en el país. El instituto ya está casi desfinanciado para los años que vienen y tendremos que resistir colectivamente trabajando otros esquemas de financiamiento. Es triste, pero es un milagro que podamos afrontar ahora una filmación en San Juan para una película", manifestó.


Una vez que circule en las pantallas internacionales y en cines nacionales, las realizadoras tienen pensado proyectarla en salas locales.

 Son varias semanas de grabación en lugares como el paraje de la Difunta Correa, lugares residenciales y espacios públicos. El agua nunca dolió es protagonizada por actrices y actores sanjuaninos.