Luego de un exitoso paso por la Feria de Rawson y por la Teatrina 2014, Variette vuelve a las tablas. Se trata del último espectáculo creado por Luis Cravero, uno de los pocos mimos que ejercen en la provincia y que decidió mostrar su arte durante el agobiante verano sanjuanino, magro en propuestas teatrales locales.

"El espectáculo ya fue presentado con una excelente critica del público y por eso me animo a ponerlo de nuevo ahora en vacaciones. En otras partes del mundo las vacaciones se viven intensamente, los teatros están con los turistas a full ¿y por qué no San Juan? Es una apuesta grande que hacemos con la Sociedad Franklin que generosamente nos abre sus puertas en esta época" , explicó el hombre en cuyo show -que tiene como blanco a toda la familia- no sólo recibe en persona a los ocasionales pasajeros de su aventura, sino que además les muestra su metamorfosis, algo que considera fundamental a la hora de "popularizar" la actividad y enganchar al público.

Egresado del Colegio Nacional, Cravero se volcó al arte del mimo en 1988 y en 1992 sumó el clown; logrando una fusión de lenguajes -muy clara en Variette- que no hace mucho decidió poner a consideración de la gente, convencido de que "es muy interesante para la improvisación".

Autodefinido autodidacta y con la espontaneidad como una de sus grandes herramientas, fue luego de ver en las calles cordobesas al mimo Ricardo Saluso, que Cravero se zambulló en estas aguas con todos los libros y videos que pasaron por sus manos; si bien tomó cursos y talleres y enmudeció -aún más- con el encanto de Marcel Marceau y Ettienne Decroux. Sin embargo, reconoce que hay un artista que lo marcó a fuego, como a tantos de sus colegas actores. "Mi inspiración fue sanjuanina, fue el Maestro Oscar Kummel, quien en los ’80 me enseñó y me metió el bichito del mimo y de la actuación en el cuerpo", agregó el también docente y mitad de Mimonstruos (dupla que formó en los ’90 con Betina Giménez), quien en el terreno del clown tuvo otro mentor, "el gran payaso de la peatonal que fue el Payaso Willie".

"Yo me considero un trabajador del arte escénico; y la gente, el público y los colegas me definen como mimo. Pero más allá de los rótulos, lo que más me atrapa es lo que me divierte a mí y lo que se divierte la gente, lo que se sorprende o moviliza con un gesto", se explayó el mimo, para quien la mayor satisfacción -además del goce de su gente- es "poder decir y no mentir que esto no es un hobby, es mi trabajo y vivo de lo que me gusta".