“Para mí, en primer lugar (la pintura) fue la admiración por todos los pintores del pasado, desde Miguel Ángel, Tiziano, Cézanne… y por eso me puse a pintar. Me gustaban las figuras, cabezas, paisajes… Tendría 16 o 18 años cuando empecé con el óleo, yo solo nomás, me gustó y me puse a trabajar. Después fui a la escuela nocturna Obreros del Porvenir y me perfeccioné en dibujo…”, contó a DIARIO DE CUYO Vicente Genovese, el gran artista que en sus pinceladas -y en su corazón- se llevó parte de su San Juan natal a México, país que le abrió los brazos, que coronó su madurez artística y donde falleció el viernes, a los 104 años. Fue en aquella charla de 2021 donde el prolífico y multifacético artista dejó entrever su pena con la provincia, que lo empujó a radicarse definitivamente en el país azteca en los ’70, dejando un valioso legado en estas tierras donde expuso, enseñó e integró -en los ’50- la comisión del Museo de Bellas Artes. “Yo sigo trabajando y creando. Si gusta, bendito sea Dios ¿no? Yo no me quedé dormido en los laureles… el laurel se seca. Yo me interesé en pintar, sin ninguna otra ambición”, se definió quien estuvo acompañado hasta el final por su esposa Aurora (100 años), con quien disfrutó “una vida maravillosa”, contó su nieta Mirta Putelli. “He cumplido mi trayectoria en la vida como corresponde, el mayor porcentaje se lo dediqué a la pintura, sin descuidar lo demás”, agregaba Genovese, quien se ganó su lugar entre los Maestros de la plástica.