Con la muerte de Mario Benedetti, se apaga una de las voces fundamentales de la poesía latinoamericana, un autor lúcido, comprometido con su tiempo y responsable de algunos de los versos más conmovedores que muchos artistas se animaron a musicalizar. Su velatorio es hoy, a partir de las 9, en el Salón de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo de Uruguay, hasta el cierre de la edición se esperaban detalles de su sepelio.

Nacido el 14 de septiembre de 1920 en la localidad uruguaya de Paso de los Toros e inscripto como Mario Orlando Hamlet Ardí Brenno Benedetti; el escritor se despidió de su poesía en su hogar de Montevideo, tras recibir el alta médica el 6 de mayo pasado del Sanatorio Impasa, donde fue internado por una enfermedad intestinal crónica.

Pero el destino no quiso que su pluma terminara un nuevo libro de poesía que llevaba por título provisional Biografía para encontrarme, y en el que se encontraba trabajando antes de su último ingreso hospitalario.

Como uno de los más prolíficos escritores uruguayos, integrante de la Generación del ’45, en septiembre de 2008 editó Testigo de uno mismo.

Sin dudas, y pese a ganar especial reconocimiento a través de sus novelas La tregua (que lleva más de 140 ediciones) y Gracias por el fuego, Benedetti permanecerá en el imaginario colectivo por inolvidables poemas como No te salves, Corazón coraza, Táctica y estrategia o Te quiero.

Involucrado políticamente con la izquierda, Benedetti dirigió de 1968 a 1971 el Centro de Investigaciones Literarias de la Casa de las Américas en La Habana y regresó a su país, donde desarrolló una intensa actividad hasta su exilio en 1973, luego del golpe de estado militar.

Estuvo unos 10 años alejado de su patria y, desde entonces, residió entre Madrid y Montevideo, hasta la muerte de su compañera de vida, Luz López, en abril de 2006; momento en que se afincó por completo en Uruguay.

Siempre comprometido con la realidad; era muy común escuchar sus declaraciones sobre temas delicados, como la anulación de la ley de amnistía para militares que violaron los derechos humanos, los Estados Unidos, Fidel Castro o las papeleras, que tanta rispidez generaron entre uruguayos y argentinos.

"Es bueno que los intelectuales alcen su voz, aunque su opinión no tenga ahora ninguna influencia, sobre todo para los políticos. Lo que dicen los intelectuales puede esclarecer una situación a un ciudadano de a pie, pero no se puede hacer caer un imperio con un soneto", dijo el varias veces candidato al Premio Cervantes y declarado doctor Honoris Causa por las universidades de Alicante, Valladolid, La Habana y Milán. "No te quedes inmóvil, al borde del camino…no te salves ahora ni nunca…", los versos de su sentida No te salves son el resumen de una vida que hoy deja a la literatura enmudecida. (Télam y EFE)

Reconocido mundialmente

La mayoría de los medios de Europa y de Latinoamérica destacan la pérdida del poeta; entre ellos los diarios El País y El Mundo de España: y la BBC de Londres,.

Autor de más de 80 obras entre poesías, novelas, cuentos, ensayos, obras de teatro, crónicas de humor y guiones de cine. Entre ellas, se destacan Poemas de la oficina e Inventario, la novela La borra del café; y el cuento Montevideanos; así como los versos de Por qué cantamos, Una mujer desnuda y en lo oscuro, Estados de ánimo, Mucho más grave, Rostro de ti o El sur también existe. Incluso, se animó a la actuación en El lado oscuro del corazón (1992) de Eliseo Subiela, basado en sus poemas.

Cantantes como Joan Manuel Serrat, Joaquín Sabina, Sandra Mihanovich y Pablo Milanés, entre otros, interpretaron sus más célebres creaciones.

A lo largo de su trayectoria, recibió numerosos premios como el Reina Sofía de Poesía en 1999, el Iberoamericano José Martí en 2001, el Internacional Méndez Pelayo en 2005 y fue condecorado con la orden venezolana Francisco de Miranda en grado de "generalísimo" en 2007 y designado miembro de honor de la Academia Nacional de Letras de Uruguay.

Además, no sólo su obra fue traducida a más de 20 idiomas, sino que la película La tregua dirigida por Sergio Renán y adaptada de su obra homónima, fue candidata a los premios Oscar en 1974 en el rubro Mejor Película Extranjera.