Esta noche tendrá lugar la gran gala artística anual de las Orquestas Escuela de San Juan, organizada por la fundación que lleva el mismo nombre. Los 6 núcleos orquestales que existen actualmente trabajando con el método de enseñanza Cerón -Rivadavia, Sarmiento, dos de Capital y dos de Rawson- se reúnen para despedir un 2014 que resultó gratificante para todos los involucrados en este proyecto cultural. En el momento de hacer el último ensayo general, alrededor de unos 150 chicos coparon las instalaciones del Auditorio Juan Victoria para dar los últimos ajustes técnicos y arreglos del ensamble, que estará acompañado por el Coro de Niños de la UNSJ dirigido por Ana María Oro y la participación especial de Esteban Calderón, quien dará un popurrí de tangos. Los pequeños violinistas tienen distintas procedencias. Unos tienen más experiencia, ya que cuentan con varios recitales en sus espaldas; mientras que otros como los de Rivadavia y los de la Sociedad Israelita de Capital, harán su bautismo de fuego.
Durante el ensayo, padres, abuelos y tíos trasladaban a sus chicos en sus vehículos, con los instrumentos musicales en sus respectivos estuches. Un paño seco ayudaba a sacudir polvo de la madera de los violines -una regla fundamental es cuidar y mantener impecables los instrumentos- y antes de tocar, había que afinar las cuerdas. Ante el bullicio que dominaba en la sala, el director Cerón Ortega cerró los puños y tras unos movimientos de brazos, reinó un silencio absoluto. Tres segundos después sonaron las notas del Himno a la Alegría. Vestidos con remeras de vivos rojos, amarillos y azules o verdes, los alumnos de las orquestas escuela tuvieron una ardua sesión de práctica por delante. El cansancio físico por la postura para ejecutar fue considerable para los peques, pero aun así no dejaban de practicar. El hecho de tener su gran función los motivaba a dar lo mejor de sí arriba del escenario, como seguramente sucederá esta noche… la gran noche.

