Entintar y estampar. Parece simple, pero no lo es. Y eso lo sabe el equipo que trabaja en el Museo Provincial de Bellas Artes Franklin Rawson en un proyecto de Recuperación y reedición de grabados, con el objetivo de preservar el acervo artístico patrimonial, especialmente de lo referido a las xilografías, litografías y aguafuertes de artistas sanjuaninos.
Con gran dedicación y empeño se ocupan la artista plástica Silvina Martínez, junto a Ariel Aballay -ambos docentes de la Cátedra de Grabado e impresión del Departamento de Artes Visuales de la UNSJ; y Facundo González, alumno avanzado de la Licenciatura de Artes Visuales, en la recuperación de matrices y nueva edición de estampas de artistas ya fallecidos y de los cuales se hayan conservado pocas o ninguna obra.
El año pasado, a partir de una muestra de la que hizo curaduría junto a Eduardo Peñafort, en la que se exhibieron algunos grabados de sanjuaninos, Martínez señala como el primer intento de reconstruir la historia del grabado en la provincia, cuya práctica se da de manera más sistemática desde la década de 1930, con la creación del grupo La tribu. ‘No es tan fácil porque no se han conservado obras, con el terremoto de 1944 se perdió mucha. Esto es obra en papel, que es difícil de conservar’, sumado a que "las familias en general no guardaban las matrices’.
El grabado es una de las especialidades artísticas menos conocidas y cultivadas en San Juan, no obstante se destacan algunos grabadores importantes y pioneros en el género como José Maria Pineda y los hermanos Nello y Santiago Raffo. En ellos se centrarán fundamentalmente, ya que lograron recuperar algunos de los tacos y chapas de autoría de estos artistas y que usarán para las reediciones. El grabado consiste fundamentalmente, en un proceso de estampación sobre papel, se diferencia de otras disciplinas artísticas en cuando a que ‘es una técnica de reproducción de imágenes que permite la multiejemplaridad, es decir, la edición de varios ejemplares que se consideran todos originales, y que van firmados y numerados’, explicó Martínez.
"En San Juan no fueron ni son demasiados los grabadores, a pesar de que está en la facultad la cátedra de Grabado e Impresión’ dice Martínez a este diario y lo explica en que ‘el grabado tiene un montón de dificultades para trabajarlo, hacen falta elementos, como una prensa y una infraestructura determinada, se hace más complejo que pintar, que necesitás sólo un caballete y un lienzo’ comentó la artista, que fue alumna de Nello Raffo.
Para aclarar conceptos, Martínez apunta se llama ‘grabado a las matrices con la que luego se puede imprimir, pero también y fundamentalmente, se le llama grabado a la estampa sobre papel obtenida del entintado e impresión de estos trazos a partir de una matriz (taco o plancha)’. Se clasifica en tres grupos: en relieve, (xilografía o linografía), hecho en madera o linóleo; grabado en hueco (aguafuerte), realizado en metales y grabado plano (litografía), hecho en piedra. Además se considera el grabado por estarcido, que es la serigrafía. Todas las impresiones se hacen usando un papel -con gran cantidad de fibras de algodón- y tintas especiales.
Martínez destaca que Pineda y los Raffo ‘tienen muchos méritos no sólo dentro de la especialidad del grabado, sino que fue gente de la cultura, que se ocupó de promover el arte, actividades y acciones culturales’, por lo que entiende que este proyecto ‘es un rescate, un homenaje y una puesta en valor de los artistas grabadores’ .
Una vez que se alcancen los objetivos y un número considerable de obra reeditada, organizarán una exposición el año que viene en el MPBA.
Los primeros grabadores
A partir de 1930, cuando se ubica la práctica más sistemática del grabado en San Juan, uno de los artistas interesados en la técnica fue José María Pineda (n. San Juan en 1891), gran motivador y pionero, al que acompañaron los hermanos Nello Raffo (n. Alemania, 1905) y Santiago Raffo (n. San Juan, 1911). "El entusiasmo y dedicación de estos tres artistas, fallecidos hace ya casi 50 años, fueron decisivos en el fomento de esta práctica y la base de su desarrollo posterior en la provincia’, dice Silvina Martínez.
Luego de la práctica que los tres colegas emprendieron en el Taller de Grabado que crearon en el Museo Franklin Rawson, presentaron sus obras en exposiciones y salones nacionales y provinciales; en 1946 expusieron en Viña del Mar (Chile) con el auspicio del Instituto de Extensión Cultural de la Universidad de Chile y la Comisión Provincial de Bellas Artes de San Juan, que además integraron. Y en 1948, nuevamente en Viña del Mar, el trío participa en una gran "Exposición de Grabados Argentinos’, muestra que se repite al año siguiente en Santiago de Chile, organizada por el Instituto de Extensión de Artes Plásticas de la Universidad de Chile. Las muestras tal vez fueron las primeras exposiciones de sanjuaninos en el exterior.
Los tres fueron piezas fundamentales en la creación del Instituto Superior de Artes y sus aportes a arte sanjuanino y al grabado en particular son indiscutibles.