"Si gano las elecciones del 29 de junio voy a dedicarme de lleno a la política", anticipaba Nito Artaza en mayo de este año. Y ganó. Fue electo Senador Nacional por la provincia de Corrientes por la U.C.R -luego de otros fallidos intentos- y ahora se prepara para cumplir con su abandónico vaticinio. Por el momento, subyugará su carrera revisteril y se despedirá de las tablas con la comedia "Primera dama se busca", una pieza teatral dirigida por Carlos Evaristo donde comparte cartel con Carlos Perciavalle, Fabián Gianola, Gladys Florimonte, María Eugenia Ritó y Adabel Guerrero; que se verá en el teatro Tronador de Mar del Plata (del que es dueño) desde el 16 de este mes y con la que pretende oficializar su despedida de los escenarios para dedicarle más tiempo a sus tareas en el Congreso de la Nación, que arrancan mañana (claro que la despedida en cuestión, al menos por ahora, no es como productor, faceta en la que ya tiene planes para 2010: una revista con el mismo elenco).

Durante su trayectoria sobre las tablas, Nito profesó grandes aciertos -como Tetanic, Lo que el Turco se llevó o Cantando bajo la deuda-, trabajó con figuras de la talla de Moria Casán, Isabel Sarli y Antonio Gasalla, entre otras; y experimentó algunos escandaletes (desde el polémico affaire con Cecilia Milone hasta el actual cruce con Ricardo Fort, a quien le habría ofrecido el Tronador para su obra Fortuna, que luego le negó "por miedo a la competencia", según el empresario chocolatero). Pero de cara al futuro y banca en mano, está decidido a colgar el traje blanco con lentejuelas y fortalecer su trayectoria política; pasión que tomó cuerpo en la debacle de 2001. Fue entonces cuando las cámaras lo mostraron protestando contra el fatídico "Corralito Financiero" -impuesto por Domingo Cavallo en el gobierno de De La Rúa-, agitando movilizaciones y escrachando a entidades financieras junto a otros ahorristas. Pero el pasado es historia. Artaza renovó sus necesidades sociales y su próximo paso es tan radical como su ideología política.

Pareciera que Eugenio Justiniano Artaza no teme pendular entre separaciones, reconciliaciones y contradicciones. En esa línea, luego de eternas idas y venidas, se separó definitivamente de su mujer Cecilia Oviedo; y tras cascotearse verbalmente, se amigó con Carmen Barbieri y también con Miguel Angel Cherutti. De hecho, este mes en Punta del Este y como para despuntar el vicio, se dice que subirá al escenario junto a su ex y nuevo compañero (ver recuadro) con quien -también a modo de adiós- revivirán una dupla que fue imbatible y altamente redituable… hasta que la política metió la cola.

La tregua con sus colegas existe, su predilección por la anhelada banca en el Senado también y su "bye bye" a la candilejas es un hecho. ¿Definitivo? Sólo él lo sabrá. Por ahora, todo este cúmulo de transiciones forma parte de la renovada vida del "vedettísimo" senador nacional.