Una de las más grandes influencias de la literatura mundial. En pocas palabras, esa podría ser una definición aproximada de James Joyce, aunque algunos prefieren usar apenas dos palabras: un genio. Disquisiciones al margen, el escritor irlandés que falleció un día como hoy hace 80 años tiene su pedestal entre las figuras del siglo XX; y aunque la historia se encargó de ubicarlo como uno de los próceres del "modernismo", hay especialistas que aseguran que también en su caso los rótulos hacen aguas por todas partes. Eso sí, coinciden en que se trató de un vanguardista con todas las letras (nunca mejor dicho) que hizo uso de las herramientas propias del género, como por ejemplo el "fluir de conciencia" de sus personajes tan propio de sus historias. Ulises es su creación cumbre, pero claro que no es lo único que escribió este pensador sagaz, culto e intrincado, que si algo no pudo fue darle la espalda a las tribulaciones del hombre que lo habitó... y que también dejó huella en sus obras. (Fuentes: jamesjoyce.ie, buscabiografías.com, irishcentral.com, www.oughterardheritage.org, abc.es)

>> DE PUÑO Y LETRA

De su vida y de su obra, estas son algunas frases acuñadas por el escritor irlandés:

  • "He puesto tantos enigmas y acertijos que la novela mantendrá ocupados a los profesores durante siglos, discutiendo acerca de lo que quise decir. Esa es la única forma de asegurarse la inmortalidad".
  • "La exigencia que le hago a mi lector es que dedique toda su vida a leer mis obras".
  • "No me importa si vivo sino un día y una noche, siempre y cuando mis obras vivan después de mí".
  • "Todo es demasiado caro cuando no se necesita".
  • "Me dan miedo esas grandes palabras que nos hacen tan infelices".
  • "Satanás, en realidad, es la juventud romántica de Jesús reapareciendo por un momento".
  • "Las naciones tienen su ego, al igual que los individuos".
  • "No haga preguntas y no escuchará mentiras".
  • "Primero sentimos, entonces caemos".
  • "El amor es un maldito fastidio, especialmente cuando está unido también a la lujuria".
  • "Las acciones de los hombres son los mejores intérpretes de sus pensamientos".
  • "Un hombre genio no se equivoca, sus errores son voluntarios y son los umbrales del descubrimiento".
  • "Es mejor pasar con valentía a ese otro mundo, en la plena gloria de alguna pasión, que desvanecerse y marchitarse tristemente con la edad".
  • "No hay pasado ni futuro, todo fluye en un eterno presente".
  • "Tan sólo el cegador instante de la pasión -la pasión libre, no cohibida, irresistible- esa es la única salida por la que podemos huir de la miseria de lo que los esclavos llaman vida".
  • "La poesía, incluso cuando aparentemente es más fantástica, es siempre una revuelta contra el artificio, una revuelta, en cierto sentido, contra la actualidad".
  • "Creo que a un niño se le debería permitir tomar el nombre de su padre o de su madre a voluntad al llegar a la mayoría de edad. La paternidad es una ficción legal".

 

>> OBRAS CUMBRES


Ulises (1922) es su obra más famosa. Pero Finnegans Wake (1939), su obra final, no se queda atrás. No le fue fácil publicarlas. En el medio, Dublineses (1914), Retrato del artista adolescente (1916), Exiliados (1918), Poemas manzanas (1927), por citar algunos. En todos desliza una reflexión sobre la humanidad. 


Ulises -personaje que lo fascinó desde niño- tiene más de 700 páginas en la edición original, se basa en La Odisea de Homero (estructurada en "episodios" que establecen una suerte de paralelismo) y sigue a Leopold Bloom durante el 16 de junio de 1904 (se dice que es la fecha en la que Joyce y su mujer tuvieron su primera cita). Empezó a rondar en su cabeza en 1907 y tomó cuerpo durante la Primera Guerra Mundial. Criticada cuando vio la luz, además de "difícil" es considerado un texto revolucionario por experimentación literaria. Por su parte, Finnegans Wake fue escrita utilizando la forma del sueño como un dispositivo para contar otras historias, permitiéndole jugar con lo inconsciente. Tardó 16 años en escribir esta novela y dicen los especialistas que aquí "llevó su experimentación lingüística al límite", combinando varios idiomas (que manejaba). 

  • De festejo

Cada 16 de junio desde hace más de 50 años, en Irlanda y también en otras ciudades del mundo se celebra el "Bloomsday", que conmemora a James Joyce y a su Ulises. Obviamente la fecha es tomada del día en el que transcurren los hechos de su novela máxima; y los fanáticos, estudiosos y aficionados realizan maratones de lectura, participan en debates y recorren bares y sitios que lo recuerdan. Sin embargo, varios medios internacionales señalan que es más que probable que muchos "Bloomsdayers" estén allí más por el prestigio que significa ser parte, "y no por la novela brillante, indecente y difícil de analizar que hay detrás". Pero aunque sea por curiosidad, de surgir la posibilidad de estar cerca de alguna, es aconsejable experimentarla. 

  • El hombre

James Augustine Aloysius Joyce nació el 2 de febrero de 1882 en Dublín, el mayor de los diez hijos de Mary Jane Murray y John Stanislaus Joyce. En junio de 1904 conoció a Nora Barnacle, "cuya lealtad y amor fueron sometidos a duras pruebas", dicen los biógrafos. Con ella tuvo dos hijos: Giorgio y Lucía (foto). Lucía fue su vida, aunque debió soportar el autoritarismo de sus padres, que no veían bien que se dedicara a la danza, su pasión. "No necesitas una carrera (...) Lo único que importa es que sepas entrar en una habitación de forma adecuada", le marcaban a Lucía, a quien el rechazo de Samuel Beckett, amigo de su padre, terminó de hundirla en una esquizofrenia; algo devastador para James. 


Joyce quiso estudiar medicina, se ganó la vida como profesor de inglés, se volcó a la bebida, tenía fobia a las tormentas y era muy celoso. Tuvo serios problemas en sus ojos y se sometió a varias cirugías, pero terminó prácticamente ciego, y deprimido. Murió en Zürich, donde recibió asilo, el 13 de enero de 1941 a raíz de una úlcera duodenal perforada. Tenía 58 años.