El famoso comediante norteamericano Bill Cosby (83) salió de prisión ayer, después de que la Corte Suprema de Pensilvania revocara su condena por haber drogado y abusado sexualmente de la canadiense Andrea Constand en 2004. Fue un fallo dividido que anuló una sentencia de hasta diez años dictada en 2018; y prohibió volver a juzgarlo. El tribunal superior explicó que las declaraciones de las testigos en primera instancia estaban "contaminadas' y que además Cosby nunca debió haber enfrentado esos cargos porque antes, en 2005, ya había llegado a un acuerdo con un fiscal para no ser enjuiciado penalmente por eso. Sí enfrentó una demanda civil, donde reconoció haber dado sedantes a mujeres para facilitar encuentros sexuales, pero dijo que siempre fueron consensuados. Esa admisión, suerte de patrón en su conducta, fue base de los cargos penales presentados en 2015 por otro fiscal, justo antes que expirara el plazo de prescripción, y que derivó en juicio y condena. Pero ese procesamiento, dijo la Corte de Pensilvania, equivalía a incumplir la promesa previa violando su debido proceso, por eso lo invalidó.


Ícono de la cultura popular en su país, la imagen de Cosby se hizo añicos cuando más de 60 mujeres lo denunciaron por abusos ocurridos entre 1960 y 2000, que no prosperaron por su antigüedad. Sólo Constand lo pudo llevar a juicio y la condena fue clave para el movimiento #MeToo, contra abusos de hombres poderosos de la industria.


La furia ante el "tecnicismo legal' -como lo llamaron- no tardó en explotar. Lisa Bloom, abogada de algunas de las acusadoras de Cosby, dijo a CNN que estaba "absolutamente indignada y sorprendida" por la decisión. El único apoyo público de momento fue el de Phylicia Rashad, coestrella de "The Cosby Show", que celebró el dictamen como la corrección de "un error de la justicia".