Como la pequeña Suri parece haberse obsesionado con las carreras de autos después de verlas en TV, su famoso padre, nada más y nada menos que Tom Cruise, le regaló la réplica de un coche de pista.
Claro, para eso, el astro no escatimó en gastos y para el nuevo antojo de la nena desembolsó unos 30.000 euros en adquirir lo mejor de lo mejor.
De momento, la niña sólo conduce por el camino de entrada de la gran mansión en la que habita con sus padres, pero si este caprichito se torna serio, podría tener su propia pista de carreras en el jardín. ¡Eso se llama glamour en miniatura!.
