"Era una máquina de producir" dice con admiración Mariela Alonso, responsable de la curaduría de la muestra El Lenguaje gráfico de Picasso, para referirse a las miles de pinturas, esculturas y grabados (unas 2.000 litografías y linografías) que produjo a lo largo de su vida.

La muestra que llegó al Museo de Bellas Artes Franklin Rawson – y que podrá visitarse hasta el 24 de noviembre- es un lujo por muchos motivos. Es la primera vez que en San Juan se pueden apreciar obras de Picasso. Son 160 grabados propiedad de un grupo de coleccionistas argentinos (Vi+arte), iniciada cuando uno de ellos, Eduardo Di Giácomo, adquirió las primeras obras cuando vivía en Barcelona. Las piezas estuvieron guardadas por más de 20 años hasta que en 2011 comenzó a gestarse esta exposición inaugurada el año pasado "con la condición que fuera itinerante, didáctica y accesible para la gente" contó Alonso, director del Grupo Babel Arte junto a Rubén Betbeder, que se encargaron de la producción de la muestra.

"Son todas obras gráficas de edición original; es el concepto de original múltiple, no es copia, porque una estampa permite tener muchos originales en distintos lugares’, dice Alonso y grafica que "habitualmente usamos grabados certificados de tirada limitada, que son los billetes, que tienen valor porque hay una cantidad limitada, si fueran infinitos perderían valor".

Un grabado surge de una matriz, hecha por el artista usando distintas técnicas, que luego sirve para hacer copias usando tinta, óleos o acuarelas. La multiplicación "controlada y certificada" de ese original es lo que le da el valor a esas piezas. Otra característica de esta muestra de Picasso, es que contiene 17 series completas de grabados, algo que cualquier coleccionista- de lo que sea- sabe que aumenta su valor aún más.

Organizada didácticamente, con textos explicativos y visitas guiadas, la muestra recorre la vida de Picasso de acuerdo a los temas que abordó: su pasión por los toros, el efecto en su obra su vida en París, su compromiso político; las cosas y personas que le provocaban admiración, sus mujeres, la Costa azul, su lugar en el mundo, donde vivió hasta su muerte en 1973. Esta colección, también tiene 20 grabados- de una suite de 347- que correspondiente a la etapa erótica y que están exhibidos separados del resto de la muestra, en una sala sólo para adultos.

Es sólo una porción de su gran producción, pero la primera gran oportunidad para que San Juan se encuentre cara a cara con el talento de uno de los grandes artistas plásticos del siglo XX.