Carlitos Nair Menem recuperó su libertad en diciembre de 2017, tras haber estado dos años en las cárceles de La Plata y San Martín, y un año con arresto domiciliario, con tobillera electrónica, en la casa de la pareja de su hermana Zulemita, ubicada en Pilar.

En el ciclo Debo decir, que conduce Luis Novaresio por América, el hijo de Carlos Menem contó lo que aprendió tras haber pasado por la cárcel: "El primer tiempo decía: 'Cómo llegué a caer preso'. Pero si no caía preso, el camino era otro. Quizás hoy estaba en un cajón y de ahí no salís más. Si no me pasaba eso, terminaba en otra cosa. Por eso agradezco que me pasó esto".

Mientras estuvo en la cárcel, tuvo tiempo para reflexionar y darse cuenta que necesitaba mejorar: "En realidad uno no cambia, uno mejora o empeora, esa es mi forma de pensar. Yo lo que trato de hacer es ser mejor día a día. Ahora estoy viviendo con una familia muy amiga. Es mejor día a día, uno no se tiene que quedar pensando en el pasado. Lo que hice mal, ya lo hice. Es tirar para adelante".

Cabe recordar que Carlitos había sido sentenciado a cuatro años y medio de prisión por la unificación de dos condenas. Una en Capital, a tres años, por tentativa de robo en perjuicio de Silvana Stochetti, su novia de entonces y amiga de Zulemita, su hermana. Y otra, en la provincia de Buenos Aires, a un año y seis meses por portación de arma de guerra y disparos, en la localidad de Moreno.

El joven tuvo una vida de excesos, que incluyó el consumo de drogas. Esta fue otra batalla que debió enfrentar en los últimos años: "Entrás fácil, pero manejarla es imposible. No la maneja nadie. Es una mentira que se crea a uno mismo. Uno lo que tiene que hacer es pelearse y superarse día a día para poder dejarla… Una vez que entraste a ese mundo crees que la piloteas  y está todo bien, pero llega un momento en el que se te va de las manos".

La semana pasada, el ex presidente Carlos Menem declaró que no hubo corrupción en su gobierno. Al respecto, Nair contestó: "Recordemos que cuando él agarra el gobierno, sin hablar mal de (Rául) Alfonsín que agarró un gobierno democrático, le dejó seis meses antes el poder y muchos no se acuerdan que (durante) diez años y seis meses estuvo gobernando mi viejo y tuvo que parar balas de todos lados. Es complicado".