Este lunes se dio a conocer que la autopsia de Carrie Fisher arrojó que la actriz de Star Wars había consumido cocaína, heroína y éxtasis horas antes de descomponerse durante un vuelo internacional el 23 de diciembre.

 

No obstante, los expertos no pudieron determinar cómo impactó el consumo de estas sustancias en el cuerpo de la estrella, que murió cuatro días después en un hospital de Los Ángeles.

 

Fisher – quien se hizo famosa por su interpretación de la princesa Leia en la famosa saga de ciencia ficción- murió a los 60 años el 27 de diciembre.

 

La oficina forense de Los Ángeles señaló la apnea del sueño como una de las causas de su muerte y citó otros factores, incluida enfermedad cardíaca y uso de drogas.

 

Su madre, la actriz de cine Debbie Reynolds, falleció al siguiente día.