"Escribo a ráfagas", djo Hugo Mugica a varios colegas locales cuando le preguntaron por dónde pasaba su "proceso creativo" en el arte de hacer literatura. Puede pasar varios meses encerrado en su casa y escribir de un tirón todo un libro. Pero aclara que es el resultado de años de estudio y lectura de muchos libros. "Soy muy desconfiado con lo que conozco, no quiero detenerme en lo que leí, en mis vivencias se coagulan en una imagen y una forma. Trato de ser lo menos consciente para escribir, porque no quiero especular en lo que hago". Así se define el escritor con una profundidad pero a la vez con una manera muy simple de describirlo en el marco de charlas y debates que propicia el Encuentro Internacional Comunitario de Escritores de San Juan. Durante varias jornadas, la décima edición del evento auspiciado por el Ministerio de Turismo y Cultura (comenzó este martes y culmina hoy) tuvo como broche de oro la presencia del autor de "Kyrie Eleison" (1991), "Kénosis" (1992), "La palabra inicial" (1995), "Flecha en la niebla" (1997) y "Poéticas del vacío" (2002), entre un gran catálogo de textos atravesando múltiples géneros desde el ensayo, la poesía, el cuento ficcional que circulan por España, Argentina, México, Chile, Venezuela, y traducidos en Estados Unidos, Bulgaria, Eslovenia, Italia, Brasil, Francia, Grecia.

Junto a otros autores selectos que participaron del encuentro y al público en general, Mugica compartió su pensamiento e intercambió ideas. De su experiencia, el poeta concluyó: "Lo vivo creativamente, la gente responde con preguntas, es un crear y en ese responder que hago yo también aprendo", expresó a DIARIO DE CUYO.

Si el escritor debe tener compromiso social o redactar con el fin de entretenimiento puro, Mugica no toma partido por un lado u otro. Lo que él ve en realidad, que el rol del escritor, en esencia, está en "la autenticidad y su fidelidad con la escritura. Lo demás, son consecuencias que se dan, pero uno no se hace escritor para eso. Sino que resuma de lo que una crea, eso va más allá de lo social o lo político; o cualquier misión que se proponga por cumplir". El cuentista añade sobre los desafíos del escritor actual: "La cuestión tecnológica no es nueva. Desde un primer tiempo, el ser humano empezó a escribir inventando el lenguaje. La tecnología es constitutivo del hombre y siempre se la utilizó para que el humano se exprese. Primero con una pluma de ganso, hoy con una computadora". Y agrega: "En cuanto a las editoriales, siempre nos quejamos que nos sentimos víctimas, pero tenemos más posibilidades ahora, hoy hay más editoriales que hace 50 años atrás, pero lo real, a lo que llamamos "Cultura" o "Humanismo", están en claro retroceso".

Además, Mugica puso en duda sobre la tan mencionada "fecha de defunción" del libro impreso como producto cultural y el negativo acecho frente a la era digital: "Pensar que hubo literatura sin imprenta. Puede que pierda y desaparezca el "libro consumo" como un "Código Da Vinci", pero no pierde el que lee. En la Crisis del 2001 de Argentina, las librerías vendían la misma cantidad de ensayos que hoy, esto demuestra que el lector seguirá leyendo".

Al finalizar su paso por San Juan, Hugo espera llevarse no sólo conocimiento de lo que vivió, sino también "un buen vino, -bromeó- me iré con un Yo nuevo puesto, un Yo transformado de aquí".