Sus 15 minutos de fama no fueron, a decir verdad, de lo más productivos. Salida de la casa de Gran Hermano a una semana de haber ingresado (fue la primera eliminada en 2011), la muchacha que estaba "dispuesta a todo" tuvo el raid obligado en programas y revistas; y aprovechando el momento posteó fotos suyas -de esas que parten la tierra- en las redes sociales. Todo en pos de concretar su sueño: convertirse en vedette. Pero un día, ese sueño de plumas y concheros se esfumó, y sin la intervención de Merlín precisamente. "Me di cuenta que no quería ser más vedette y que mostrar el cuerpo no era lo mío", le dijo a La Nación Rocío Gancedo. "Empecé a interesarme por los problemas de mi barrio’, aseguró la rubia, que ahora en vez de bajar luminosas escalinatas, gasta zapatillas en La Matanza, militando para el candidato a intendente massista, sin fines de lucro (tal como lo definió). Y tan comprometida está con la causa, que no sólo borró las fotos hot de su cuenta de Twitter, sino que ahora también ocupa los 140 caracteres para promocionar a su candidato y darle massa a los opositores, incluso pesos pesados como Lilita. Pero lo notable es que, si bien ya desestimó la purpurina, Gancedo dice que su aspiración no es llegar a ser funcionaria, sino… ¡panelista de espectáculos! Habrá que ver si le ofrecen algún cargo donde pueda desarrollar sus aspiraciones, a lo mejor le termina de tomar el gusto a las urnas. Mientras tanto, la modelo (que aunque más tapadita, sigue aportando sensualidad y curvas) disfruta del regreso a los medios que este volantazo le deparó.
De las plumas a las urnas
La ex Gran Hermano que soñaba con ser vedette, ahora incursiona en la política. Mirá la galería de fotos.

